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/ 6 julio 2025

MI REINO POR UN KILO DE PIMIENTA

Los alimentos, las bebidas, los hongos (de plano, drogas o bien alucinógenos) los estimulantes de origen natural, han ido de la mano con los creadores, la poesía y las letras en general. Forman parte de un matrimonio tan antiguo como la humanidad misma. Muchos, hartos escritores han consumido drogas, experimentado con ellas y han escrito bajo su influencia. O sobre esa influencia: es decir, han celebrado o condenado su uso en sus textos.

La relación es de larga data en la historia de la humanidad y hay autores con buenos libros de ensayo los cuales ya han explorado y harto en dicho matrimonio estimulante. La cucaracha mexicana ya no puede caminar “porque no tiene, porque le falta/ marihuana que fumar...”

Dicen los versos de la añosa canción popular nacional lo cual hoy es políticamente incorrecto citarla. Vienen versos de Juan Gelman: “He aquí que Daniela un día conversó con los ángeles/ ligeramente derrumbados sobre sus senos góticos/ fatigados del trance pero lúcidos lúbricos/ y Daniela advertía sus símiles contrarios/ las puertas que se abren para seguir viviendo/ las puertas que se cierran para seguir viviendo...”

Hablar con ángeles y abrir las famosas “puertas de la percepción” a las cuales hacía referencia Aldous Huxley, se logra mediante estados alterados. Por lo regular, con el consumo de drogas u otros estimulantes, como hongos o bebidas como el “nepente” o la tremenda ayahuasca... se lo platiqué aquí anteriormente: dijo la leyenda y la pareja del sabio Jorge Luis Borges, María Kodama; en una conferencia en España titulada “Jorge Luis Borges y la experiencia mística”, Kodama alimentó la fábula cuando en una ronda de preguntas luego de su ponencia, dijo textualmente: “a Borges le gustaba comer pajaritos de monte...” Y dichos pajaritos señor lector, no son otra cosa sino hongos los cuales contienen sustancias alucinógenas y estimulantes las cuales producen estados alterados, como la psilocibina.

¿No quiere usted “viajar” con hongos, yerbas o bebidas estimulantes? Pues entonces hay cierto tipo de amuletos los cuales le pueden ayudar en su buena fortuna. En Estados Unidos y todavía hasta hace algunos lustros, se vendían nueces moscadas como amuletos. Sí, como una pata de conejo o una herradura de equino. En la antigüedad, los alimentos valían igual o más a los metales preciosos.

Usted lo sabe: cuando el imperio romano fue sitiado por el godo Alarico, por el rescate de la ciudad se pidió lo siguiente: 5 mil libras de oro, 30 mil libras de plata. Y algo lo cual costó mucho más conseguirlo: 3 mil libras de pimienta.

Y hoy por último, para terminar, ¿recuerda usted uno de los más famosos cuentos de Oriente? Es el de “Alí Babá y los 40 ladrones” pues sí, el conjuro o mantra es el siguiente: “Ábrete sésamo.” “Sésamum Orientale”, es el sésamo o ajonjolí para nosotros... el cual tiene poderes mágicos.

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Jesús R. Cedillo
por
Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete Premios de Periodismo Cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.
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