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/ 11 mayo 2025

EL ÚLTIMO TRAGO CON MARIO VARGAS LLOSA

Me ha dolido su muerte. Harto. Ya lo escribí en las columnas y páginas cotidianas de este diario, VANGUARDIA. Lo he escrito en otros medios de comunicación donde reciben mis letras: en Zacatecas, Monterrey, Tijuana, por citar algunas ciudades donde escribo. Sí, es la muerte del Nobel de las letras al cual conocí en su momento, lo entrevisté y me firmó un libro, el Nobel de la Literatura, Mario Vargas Llosa (1936–2025).

Sus libros rebozan de buenas referencias de bebidas y comidas. En este espacio dedicado dominicalmente a la gastronomía, bebidas y el tejerlas con eso llamado cultura, he dado cuenta de algunas referencias y matrimonio entre eso precisamente, las bebidas, alimentos y la prosa excelsa de Mario Vargas Llosa. A vuela pluma, un par de referencias, aunque luego regresaré a esto recargado. En “El pez en el agua”, las memorias del Nobel peruano nacionalizado español, volumen pesado, un tabique de más de 540 páginas, a mata caballo entre las memorias, el testimonio, el análisis político, la reflexión, la crítica literaria, la introspección e incluso, la confesión. Fue un verdadero “tour de force” en la vida y derroteros del Nobel unido a la eternidad.

Voy: en Piura, donde el verano era de una “luz blanca y asfixiante calor”, donde cursó sus estudios secundarios, el Nobel recuerda de los “panes con mantequilla, los refrescos y el café con leche” el cual preparaban su abuela Carmen y la Mamaé, ese tipo de señoras que se encargan de todo en ciertas familias a las cuales terminan perteneciendo hasta su muerte.

De Cochabamba, donde cursó sus estudios primarios, éste recuerda: “las deliciosas empanadas salteñas y los almuerzos de los domingos con toda la familia presente... donde todos esperábamos que a los postres hicieran su aparición las deliciosas sopapillas y los guargüeros, unos postres tacneños y moqueguanos que la abuelita y la Mamaé hacían con manos mágicas...” ¿Usted conoce los anteriores alimentos de nombres maravillosos? ¿No se le antojan? ¡Por supuesto!

¿Ha escuchado de la famosa bebida o caldo llamado “levantamuertos”? Depende del estado de México o país de Latinoamérica el cual visite usted, tienen su propia y particular mixtura. En don Mario Vargas Llosa, ancilado su texto en la Amazonia peruana en su novela “Pantaleón y las visitadoras”, la cual tiene una versión cinematográfica con una actriz guapísima. Aquí cuenta el Nobel en sus letras: “Recetas que la sabiduría y la lujuria popular loretanas proponen para el retorno o el refuerzo de la virilidad, vulgarmente llamadas, con perdón de la expresión, ‘levantamuertos’ o peor todavía ‘parapingas’ y menciono solo algunas, porque en esta región de la Patria la preocupación por todo lo que se refiere al sexo es tan acuciosa y múltiple que hay, literalmente, millares de compuestos de este tipo...”

$!Mario Vargas Llosa (1936–2025), Nobel de Literatura, dejó un legado que trasciende las letras: su prosa, rica en sabor y memoria, nos reveló que la literatura también se saborea con café, sopapillas y ‘levantamuertos’.
Jesús R. Cedillo
por
Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete Premios de Periodismo Cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.
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