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/ 29 junio 2025

LA VIDA NO ES PARA LLEVAR

La vida no es como el platillo que nos sobra en el restaurante, que pedimos para llevar y comérnoslo después (aunque casi nunca lo hacemos). La vida es para vivirla aquí, y punto.

Es difícil ser conscientes de esto, pues creemos que tenemos mucho tiempo y aseguramos nuestra existencia en este mundo por muchos años (esperemos que sí); sin embargo, conforme crecemos, nos damos cuenta de que la vida sí que se pasa rápido.

¿Qué hacer con esto? Se me ocurre, como punto de partida, el honrar nuestro paso por aquí desde la gratitud. Estar agradecidos por la gran oportunidad de vivir. Despertar por la mañana e irnos a dormir por la noche es un verdadero lujo, aun teniendo problemas económicos, emocionales o de salud, porque todavía tenemos forma de solucionarlos, de aceptarlos y cambiarlos; como dicen, “esto no se acaba hasta que se acaba”.

El reconocimiento juega un papel también muy importante; reconocer nuestros logros, nuestro camino recorrido, los obstáculos superados, el crecimiento personal, laboral, emocional, es de verdad algo que debemos aplaudirnos y por lo que debemos estar orgullosos de nosotros mismos.

Ser valientes, sin duda, es un regalo que nos damos y nos debemos; tomar decisiones que nos lleven a otros lugares y alcanzar nuestros sueños y objetivos, ya que nadie lo hará por nosotros, y quedarnos en la zona de confort solo hace que mueran esas maripositas que viven dentro de nuestro corazón y que se activan solamente cuando estamos satisfechos con nuestra vida.

Compartir: No imagino una vida sin los amigos, sin la familia, sin gente que nos anime, inspire o motive; compartir es una de las actividades más enriquecedoras para el ser humano. Solo hay que saber muy bien con quién hacerlo y formar lazos positivos con cada uno de ellos.

Sonreír: Los obstáculos, las crisis, la cotidianeidad, en ocasiones, llegan a ser muy abrumadores. Hay circunstancias que se salen de nuestras manos y que no se pueden resolver de inmediato, así que enfrentarlas con la mejor actitud y sin dejar de sonreír hace más liviano el proceso.

Dejar ir es doloroso, ya que casi siempre los cambios asustan, pero aferrarnos a cosas, personas, situaciones, hábitos que no nos aportan lo que necesitamos para ser felices y disfrutar de la vida solo nos resta energía y nos distrae de enfocarnos en las que sí nos llenan de ilusión y nos encaminan hacia un mejor lugar.

Y con esto termino: La vida es para vivirla aquí. Punto. Después, es tarde.

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$!Vivir con valentía, gratitud y amor es honrar el regalo de estar aquí.
Mariana Cabello
por
Comunicóloga de profesión, escritora de corazón. Comprometida con descubrir las muchas formas de ver la vida y promover que a través de las letras se puede encontrar un sentido.
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