Este 14 de abril, la cantante Katy Perry estuvo apenas cerca de 10 minutos en el espacio como parte de una misión operada por la empresa Blue Origin.
Ese breve evento no solo trajo una buena cantidad de memes, además propició la pregunta: ¿cuánto contaminó su aventura?
De acuerdo a un estudio realizado por la University College de Londres, el impacto de los vapores que emiten las naves que manda Blue Origin al espacio es 500 veces mayor que los de un avión común. Entre muchas cosas, por emitir moléculas de CO2 al despegar.
Por un lado es comprensible el alcance de los viajes privados fuera de la Tierra, pero por otro, ¿de verdad vale la pena?