¿Qué tal, amigos lectores? Ya recibimos al mes de diciembre y, con ello, comienzan los festejos, las despedidas de fin de año y, como siempre, la costumbre de juntarse para el intercambio de regalos. Casualmente, me invitaron a uno muy especial: será únicamente de vinos. Y sí que me la pusieron difícil, porque tendré que apelar a la memoria para recordar cuál es el vino que más le gusta a la persona que me tocó en este divertido intercambio prenavideño. Para que a ustedes no les suceda lo mismo, aquí les dejo unas buenas recomendaciones para este maravilloso momento.
Los intercambios
Si le toca, por ejemplo, un compañero de trabajo hombre, es algo más sencillo, ya que los hombres por lo general tienen un paladar un poco más fuerte. Vamos a dividirlos en dos grupos: los que no fuman, a quienes podemos contentar con un buen vino mexicano, un español de Ribera del Duero o un Cabernet Sauvignon de Napa Valley, California; y los que llevan una vida más sedentaria o tienen hábitos como fumar o comer picante. En ese caso, necesitaremos vinos con sabores más potentes, ya que la nicotina acumula residuos en lengua y paladar, disminuyendo la capacidad de percibir matices. Para ellos conviene elegir un vino de tipo Reserva español, un Rioja, o uno con mayor textura y estructura tánica, como un Cabernet Franc o un Tannat.
Si la persona que le toca es una mujer, dependiendo de la edad podremos distribuir mejor las variedades de vino para regalar. Si es una mujer joven, entre 18 y 25 años, los gustos suelen ser más suaves y delicados; un buen vino rosado francés o una botella de Lambrusco espumoso son ideales. Para mujeres entre 26 y 35 años, un tinto suave es la mejor opción: Merlot, Carmenere, Pinot Noir o un Beaujolais, tintos ligeros y amables al paladar. En el caso de mujeres entre 36 y 45 años, el paladar se vuelve más selectivo; un buen Malbec, un Tempranillo o un Shiraz australiano serían excelentes elecciones.
Para mujeres de 46 años en adelante, los sabores se ajustan a su estilo de vida. Si es una mujer adulta, madre o abuela, los vinos dulces de cosecha tardía, un Jerez u Oporto acompañarán perfecto las tardes frescas. También funcionan los vinos de consagrar, dulzones e ideales para postres o para el cafecito con amigas, o una noche de cartas. Un buen Champagne o espumoso —francés, o incluso un Cava español— siempre será un regalo perfecto. Lo importante es acompañar cualquiera de estos vinos con chocolates semiamargos o con frutas como fresas, manzanas o peras, colocados en una canasta para lograr un regalo vistoso y armonioso.
Y recuerde: si va a beber, no maneje. Hay muchas formas de llegar a casa sin conducir. ¡Que se divierta!
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