La industria de la moda solía estar reservada para la juventud, cuerpos delgados y rostros sin arrugas. Pero eso está cambiando. Y no, no es una tendencia; hoy hablaremos de dos mujeres —Iris Apfel + y Maye Musk— que están rompiendo esquemas, demostrando que el estilo, la belleza y el éxito no tienen fecha de caducidad. Que ser tú misma, sin imitar a nadie, puede llevarte aún más lejos.
Iris Apfel + : 102 años de estilo colorido
Lentes redondos gigantes, collares como armaduras y una mezcla de colores, texturas y estampados que pocas se atreverían a usar. Esa es Iris Apfel. Una mujer que desafió todas las reglas del buen gusto tradicional y, en el camino, se convirtió en leyenda.
Iris no fue modelo ni actriz ni influencer. Fue diseñadora de interiores y restauradora de arte. Trabajó en la Casa Blanca durante nueve administraciones. Pero fue a los 84 años, cuando el MET le dedicó una exposición de su guardarropa, que el mundo de la moda se rindió a sus pies.
A partir de ahí, se volvió ícono global. Firmó contratos con marcas de maquillaje, diseñó colecciones cápsula, escribió libros y hasta tuvo su propia Barbie. A los 100 años, lanzó una línea con H&M. Su mensaje era claro y contundente: “Más es más, y menos es aburrido.”
Pero detrás del humor y el maximalismo, hay una verdad brillante: ser diferente es una ventaja, no un defecto. Iris nunca buscó verse más joven ni más discreta. Nunca quiso encajar. Su autenticidad se volvió su mayor valor. Y su estilo, su estandarte.
Maye Musk: Nunca es demasiado tarde para brillar
Cabello blanco platinado, trajes sobrios, vestidos estructurados y una mirada que dice “aquí estoy, y no necesito demostrar nada”. Maye Musk es elegancia atemporal. Pero también es fuerza.
Fue madre soltera, nutrióloga, conferencista y modelo, pero hasta los 69 años, su carrera despegó y se convirtió en la imagen de CoverGirl. Desde entonces, ha desfilado para grandes marcas y aparecido en portadas de Vogue, Elle y Time.
Su estilo es sobrio, moderno, clásico. Pero su mensaje es lo que más brilla: “Es ridículo pensar que no puedes ser bella y exitosa después de cierta edad.”
Hoy, a sus 76 años, sigue demostrando que la belleza real no viene de la piel lisa, sino de la seguridad. Que vestirse bien no es una cuestión de edad, sino de actitud.
La edad no limita. Las etiquetas sí.
Lo que une a Maye e Iris no es solo la edad. Es la decisión de vivir fieles a sí mismas. En un mundo obsesionado con la juventud y la perfección ellas encarnan una verdad poderosa: no hay nada más magnético que una mujer que se gusta, se respeta y no compite.
Ambas han hecho de la moda un lenguaje propio. Iris con su arte caótico y vibrante. Maye con su elegancia serena. Una dice “mírame”, la otra “escúchame”. Pero las dos gritan lo mismo: “No me parezco a nadie, y eso es mi poder.”
No seas copia. Las copias no brillan.
Vivimos rodeados de moldes: de cómo vestir, cómo lucir, cómo envejecer. Pero las mujeres que impactan de verdad no siguen fórmulas. Las rompen.
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