SUPER BOWL LVI PARA NO INICIADOS

CESAR

Existen dos tipos de personas: las que siempre quieren estar del lado del ganador, y las que se inclinan a apoyar a los desfavorecidos (uderdogs en jerga competitiva). So pena de perder lectores hiriendo susceptibilidades, diré que los primeros son aquellos que le van al América, votan por el partido en el poder, y toman café con leche; mientras los segundos son los que prefieren películas como Karate Kid, le apuestan al TRI contra Alemania, y defienden al compañero de menor jerar- quía de la organización en cualquier caso y circunstancia.

Este domingo no hay tal enfrentamiento. Hoy no veremos caer a un Goliath. El duelo de hoy enfrenta a un par de ”Davides‘ disputando un campeonato que nadie pudo prever. Pero quizá ahí encontremos el filo interesante de una final que levanta poca expectativa dado el nulo palmarés de sus protagonistas en lo individual.

Pero… momento. Cuando digo que las estrellas de hoy no han ganado, me refiero a un Super Bowl dentro de la NFL. Un vistazo a sus hazañas deportivas personales, hace ver los logros de cualquier mortal como un desperdicio de vida. Nombres que escucharás repetir durante la transmisión del partido como Beckham, Donald, Apple y Chase, poco tienen que ver con Chevy, Iphones, el pato de Disney o el novio de Victoria, la ex-Spice Girl. Son atletas que se ganaron a pulso un lugar dentro de uno de los negocios más exigentes del mundo, pertenecen a la élite dentro de sus posiciones, pero no han alcanzado el título.

Y, al fin domingo, como diría Raúl Velasco: aún hay más. Tenemos underdogs dentro de los underdogs. Uno, juega en la posición más infravalorada de este deporte, es el enclenque pateador de los Bengalíes de Cincinnati, Evan McPherson. Si visualizas lo que es un vestidor, gimnasio, sala de juntas, fiestas y demás luga- res comunes a los jugadores de fútbol americano, puedes imaginar el lugar que ocupa una persona que por definición, no tiene el físico de sus compañeros. Todos en un equipo saben el nombre de quien levanta más peso, quien salta más alto y quien corre más rápido, pero nadie recuerda el nombre de los pateadores.

Pero este novato, viene con récord perfecto en los juegos eliminatorios, luego de una temporada llena de marcas y logros. Sería la historia ideal si su pie decide el partido.
El otro, es un blanquito que reta al status quo jugan- do de receptor para los Carneros de los Angeles, Cooper Kupp. Te invito a googlear su testimonio de vida, te aseguro que te inspirará él, y su pareja. Kupp lideró la liga en todas las categorías de su posición, algo sorprendente cuando vemos que otros tienen, por cuestiones anatómicas, más capacidad física para ese trabajo.

¿El plato fuerte? Los Quarterbacks. Por un lado verás al joven Joe Burrow, quien luego de una lesión que le truncó su temporada de novato, regresó para vencer a los mejores de su división y conferencia para llegar a esta instancia. En el otro bando estará Matthew Stafford, alguien que juega en la NFL desde hace rato; pero llegó a una de las franquicias más perdedoras en la historia del deporte. Sufrió derrotas durante doce campañas, hasta que la primavera pasada lo canjearon los Carneros, con el único propósito de ser campeones. Pues bien, solo queda decidir a quien vamos a apoyar: a los improbables Carneros, que con la experiencia de Stafford, Kupp y Donald salen como favoritos, o a los sorprendentes Bengalíes, quienes juntando a Burrow, McPherson y Chase, apenas suman cuatro temporadas de experiencia. Igual a cada año, te doy mi pronóstico infalible, al cien por ciento: hoy gana el anfitrión.

Ahhhh, olvidaba el dato inútil para apantallar al tío: si, los Rams juegan en su ciudad y su estadio, pero administrativamente, el local es Cincinnati; eso tiene que ver con el lado de las bancas, escoger el uniforme y los vestidores a utilizar…más le vale a los Rams haber instalado un boiler en las regaderas del equipo visitante. La duda entonces es, ¿quién diablos es el anfitrión?

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