LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES ½

LA MULTIPLICACIÓN DE LOS PANES ½

Lo importante es compartir, señor lector

Diciembre obliga a celebrar en grande. El calendario está lleno de fiestas, ritos, ofrendas, ágapes y ceremonias de comida y bebida compartidas. Así es y así va a seguir siendo por siempre en este México nuestro. Diciembre obliga a sentarnos a la tabla por varios motivos: el rosario en honor a la Virgen de Guadalupe, las tradicionales posadas antes de la Nochebuena, la cena de Nochebuena y Navidades y claro, la cereza del pastel: la llegada del Año nuevo. Desde la mesa humilde del trabajador que año con año suele cenar con los suyos un pollo asado, hasta la mesa del potentado quien en un buen servicio ruso, ve pasar y deleitarse con una caravana de platos formados en posición de tiempos que esperan ser deglutidos con buen diente.

Lo importante es compartir, señor lector. Sea un modesto plato de ensalada con una pechuga de pollo asada a un lado y con una Coca-Cola o café caliente o bien, esos deliciosos tamales preparados para la ocasión por las manos expertas de las dueñas de la casa, las mujeres de galanura sin igual, que les dan y otorgan un sabor especial tanto a los tamales como al atole recién hecho. No pueden faltar acaso en su mesa señor lector, los frijoles charros en sus múltiples variantes las cuales se preparan en cada familia diferentes. No pocas ocasiones la cena de Navidades y Año Nuevo es juntar a la familia ante una parrilla y disfrutar el calor y el aroma de una buena carne asada. Qué le vamos hacer, así somos nosotros los norteños.

Coma y cene lo que usted decida en su casa señor lector, pero no se olvide compartir. No se olvide de multiplicar los panes para el más necesitado. Si usted es cristiano, católico u hombre y mujer de fe, el episodio de la multiplicación de los panes y los pescados el cual protagonizó el maestro Jesucristo en Galilea (Evangelio de Marcos 6.34-44), nos invita a reflexionar y repetirlo todo el tiempo como nos sea posible. En aquellos bíblicos tiempos, en la provincia de Galilea y lo que ahora es todo Israel, la escasez, la precariedad, el hambre entre las multitudes campesinas y de pescadores de esas tierras eran cosa cotidiana, apenas y sobrevivían con los mínimo. La tierra era escasa, clima hostil, impuestos desmedidos e injustos de los Romanos eran la divisa. Fue cuando desembarcó Jesucristo y vio a esa numerosa “multitud que lo estaba esperando, y se compadeció de ellos.”

Luego de enseñarles en parábolas y anunciarles mejores días por venir, ya tarde, los discípulos le dijeron que despidiera a la gran muchedumbre porque no había suficientes bastimentos para darles de comer. A lo cual, el maestro Jesucristo dijo que sí, sí había y era suficiente con “cinco panes y dos pescados.” Con ello, alimentó a “cinco mil hombres”, dice la Biblia. Usted señor lector, proceda igual: multiplique sus panes y pescado y carne asada y regale algo al necesitado. Dios con su poder, magia y galanura, se los reproducirá con bendiciones inesperadas, ni lo dude. Vamos a huir usted y yo de aquel viejo estigma de Ebenezer Scrooge, aquel entrañable y amado personaje de Charles Dickens, quien se alimentaba de tostadas frías y de un caldo insípido en su vieja escudilla, sin permitirse lo maravilloso de un buen pavo relleno, no obstante las abundantes ganancias que su despacha diario reportaba.

Dese gusto en estas fechas señor lector, pero comparta, regale todo lo que pueda, multiplique usted sus bendiciones y sus panes.

EL AUTOR

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.