En los años 90, el libro “Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus” generó gran controversia. Nosotras sabemos que, aunque la realidad es más compleja, nuestros cerebros como mujeres son diferentes, y comprender estas diferencias puede mejorar nuestro entendimiento y bienestar.
En marzo, un mes para celebrar a la mujer, reflexionamos sobre cómo nuestro cerebro impacta en nuestra vida diaria. Como individuos, encontrar equilibrio a nivel biológico, psicológico, social y espiritual es tan crucial como respirar. La conexión entre nuestro cerebro, cuerpo y mente es clave para una salud óptima, ya que nuestros pensamientos, emociones y bienestar físico están profundamente interconectados.
La salud cerebral nos ayuda a mantener claridad mental y motivación. Al cuidar nuestra mente y cuerpo, fortalecemos nuestra resiliencia y capacidad de acción. Ser mujer conlleva una fuerza interna increíblemente potente. Comprender la conexión cerebro-cuerpo-mente nos permite vivir más plenamente. Cada pequeña decisión de cuidado personal impacta positivamente a quienes nos rodean.
Sin importar nuestra ocupación -ya sea administrar un hogar, liderar una empresa, emprender, trabajar o estudiar-, nuestro cerebro está diseñado para liderar. Nosotras destacamos en empatía, intuición, colaboración y autocontrol. Sin embargo, también enfrentamos desafíos: mayores niveles de ansiedad, depresión, insomnio y trastornos alimenticios, debido a nuestras estructuras cerebrales.
Si bien los hombres tienden a presentar mayor incidencia en ciertos trastornos relacionados con la impulsividad, nosotras poseemos ventajas, como un hipocampo más grande, esencial para la memoria. Sin embargo, es fundamental crear rituales que nos nutran. Si nos sentimos agotadas o abrumadas, es posible que nuestra conexión cerebro-cuerpo-mente esté desequilibrada.
Aquí algunos rituales que podemos integrar:
*Respiración y meditación: Dedicar 15 minutos diarios a esta práctica mejora la función cerebral y reduce la ansiedad.
*Nutrición saludable: Incorporar alimentos ricos en nutrientes fortalece nuestro estado de ánimo y nuestra función cerebral.
*Actividad física regular: Realizar al menos 30 minutos de ejercicio al día libera endorfinas y fomenta la neurogénesis.
*Sueño de calidad: Dormir 7-8 horas diarias es esencial para regenerar nuestro sistema y prevenir enfermedades.
*Prácticas terapéuticas: Técnicas como el estiramiento y el masaje reducen el estrés y mejoran la circulación.
*Escritura y expresión emocional: Escribir nos ayuda a procesar emociones y reducir el estrés.
*Conexión social y con la naturaleza: Pasar tiempo al aire libre y conectar con amigas y familiares fortalece nuestros lazos y nos brinda apoyo emocional esencial.
Estas prácticas mejoran nuestra resiliencia emocional, nuestra función cognitiva y nuestra felicidad en general. Construir conexiones sociales y participar en actividades colectivas también nos proporciona un sentido de pertenencia y bienestar.
El viaje hacia el bienestar comienza con nuestras decisiones diarias. Dediquemos tiempo a nutrir la conexión cerebro-cuerpo-mente, permitiendo que ilumine nuestras vidas y las de quienes amamos.
¡Cuando tu cerebro funciona bien, tú funcionas bien!