¿Y si la felicidad no fuera una meta lejana, sino instantes que ya habitan tu vida? Para Juana María Leija Martínez, psicóloga, docente y tanatóloga, la verdadera plenitud no se mide en éxitos externos, sino en pequeños momentos que despiertan emociones genuinas. En esta conversación con 360, comparte su experiencia acompañando a personas que buscan sentido, y cómo el cuidado del cuerpo, la mente y los vínculos humanos puede ser la ruta más directa para reconectar con la alegría. A través de ejemplos y hábitos concretos, nos invita a reconocer que la felicidad se construye, se cultiva y, sobre todo, se vive.
Desde tu experiencia, ¿qué es realmente la felicidad?
A lo largo de la historia, la felicidad se ha marcado como un hecho cultural, precisamente porque nuestras familias, nuestros padres, nuestros antepasados nos hablaban de la felicidad como un concepto ‘por siempre’, pero actualmente, ya con el hecho de la salud mental, al hablar de la felicidad le llaman ‘momentos felices’. Entonces, no es una felicidad que sea eterna -eso es lo que se marcaba anteriormente-, ahora se habla de momentos felices y cómo valorarlos para seguir adelante con tu vida.
¿Qué mitos o ideas equivocadas tenemos sobre ser feliz?
Veo mucho en terapia que llegan comentando: ‘Es que no he sido feliz en mi vida’, y les pregunto: ‘bueno, vamos a ponernos en un contexto: cierra los ojos, imagínate esa comida que te gusta mucho’. Los pongo en ese contexto y se dan cuenta que tuvieron un momento de felicidad al disfrutar comer algo. Les pasa también al recordar a alguien.
Muchas de las personas que van conmigo a terapia tienden a pensar que la felicidad es tener un carro, dinero o estatus social, porque precisamente en Saltillo y en Coahuila muchos de los casos que vienen por depresión y ansiedad tienen que ver con que las familias les han dicho que para ser feliz hay que alcanzar ciertas metas.
¿Por qué a veces sentimos que la felicidad depende de factores externos, como el éxito, el dinero o una relación?
La gente piensa más en las cosas externas, porque no hay un sentido auténtico emocionalmente. ¿A qué me refiero? Todo lo que nosotros vemos como un momento de felicidad tiene que ver con procesos internos, que nos segregan algunas sustancias químicas en el cerebro que nos ayudan a sentirnos felices momentáneamente. El problema es que, con todo lo que se está viviendo en la actualidad, con los estándares tan altos que se están buscando, la gente tiende a frustrarse y creen que si ya no alcanzan esa característica externa, entonces ya no se sienten felices. Eso está muy equivocado. La felicidad es momentánea, se atribuye a un momento de tu día que te haga sentir internamente realizada, no externamente; porque estamos viendo que Coahuila ocupa segundo lugar de tendencias suicidas, y es por factores externos.
¿Cuáles son los hábitos o acciones diarias que más contribuyen a cultivar la felicidad?
Tengo factores que trabajo en terapia con los pacientes. Primero, el ejercicio. Para mucha gente es: ‘no tengo tiempo’, ‘mi vida es estresante en el trabajo’, pero el hecho de conectar de 20 a 30 minutos hace que tu cerebro vuelva a dimensionar lo que realmente importa en tu vida.
Segundo, tener contacto físico con la gente importante en tu vida, tu familia, tu pareja. Me da mucha risa, porque he visitado otros países en donde la gente es realmente fría y la relación se basa en lo que haces personalmente. En México, los latinos somos muy apapachadores, aunque estamos perdiendo ese contacto físico. A veces, por medio de los chats nos enviamos emojis y no lo hacemos físicamente.
Una tercera: tener pensamientos positivos y no rumiantes. El término ‘rumiante’ está asociado con animales como la vaca, que cuando come está rumiando y regresa y deglute la comida. Nosotros en la actualidad tenemos pensamientos rumiantes, que no nos dejan tener momentos felices. Al ser un pensamiento negativo, lo volvemos a deglutir para volver a sentirnos igual, tal vez igual de fatalistas, y eso provoca muchas problemáticas en cuestión de alcanzar momentos felices.
Se ha comprobado que muchos de los factores para que las personas se puedan sentir momentáneamente felices están en comer bien. Tenemos una alimentación deficiente y no estoy hablando de un costo de vida muy caro, sino que tenemos malos hábitos alimenticios. En la mañana comemos cualquier cosa o a veces comemos hasta el mediodía. Eso no hace que tu día sea rendidor.
Y, por último, ¿qué te hace recordar momentos felices con una persona? Estoy trabajando ahora en las terapias de duelo el qué te hace recordar esos momentos felices con alguien que se ha ido, porque generalmente lo asociamos con momentos difíciles y dolorosos, que sí lo son; pero para que vuelvas a tener esa conexión en tu cerebro.
El cerebro es conductual, quiere decir que se puede acostumbrar a sufrir, pero también se puede acostumbrar a ser feliz.