BUENA SUERTE O MALA SUERTE, NO LO SÉ… MAÑANA SERÁ OTRO DÍA

Hay una historia que me encanta sobre un granjero que tenía un caballo precioso del cual se enorgullecía mucho. Un día el caballo se escapa, llega su vecino y le dice: “uy, qué mala suerte, se te fue tu caballo”. A lo que el granjero responde: mala suerte o buena suerte, no lo sé”. A los dos días, regresa el caballo con cinco hermosos caballos salvajes; el vecino le dice: “uy, qué buena suerte, tu caballo regresó y te trajo más”. A lo que el granjero responde: “buena suerte o mala suerte, no lo sé”. Al día siguiente, su hijo llega a la granja, ve a los nuevos caballos y se sube a uno, este lo tira y se rompe la pierna. Nuevamente, llega el vecino y le dice: “uy, qué mala suerte, tu hijo se rompió la pierna”. A lo que el granjero responde: “mala suerte o buena suerte, no lo sé”. Pasó una semana y el ejército recorrió todo el pueblo reclutando jóvenes para llevárselos a la guerra. Llegaron a la granja, vieron al hijo del granjero con la pierna rota y dijeron: “vámonos, él no nos puede ayudar…”

Muchas veces cuando algo “malo” nos sucede, pensamos que es el fin del mundo, nos estresamos, nos enojamos, nos deprimimos y en nuestra cabeza creamos el peor escenario posible. Juzgamos muy rápido el acontecimiento sin saber que DIOS está tras bambalinas viendo todo el panorama. Él jamás te daría un “problema” para el cual no tengas las herramientas, el conocimiento y la fortaleza para salir adelante. Pero eso no es todo, DIOS aprovecha cada tribulación para moldearte, para hacerte más sabio, más resiliente, para que evoluciones. A veces sentirás que mueres en vida y que es muy injusto; pero créeme: hay un PARA QUÉ detrás. A lo mejor te está salvando de algo peor, a lo mejor quiere que cambies de camino porque vas por el equivocado, a lo mejor quiere que seas un gran líder y te está formando.

Habiendo dicho esto, les voy a contar una anécdota personal que me impacta hasta el día de hoy. En noviembre del año pasado, después de mi mastectomía, nos citó el doctor que me operó. Llegamos a su consultorio y su cara no era nada placentera; muy serio, nos dijo: mandé hacer una biopsia del tejido de tu mama izquierda y salió positivo a cáncer”. Yo no lo podía creer, me puse súper triste; llorando, le dije a mi papá: “ya no puedo, no puedo pasar por esto otra vez, ¿me acaban de operar y ahora otra cirugía?”. Yo estaba asustada, devastada, por decir poco. Y él me miró y con esa voz serena que tiene, llena de sabiduría, me dijo: tranquila, mañana será otro día”. Normalmente, esa respuesta me enoja y le habría contestado: pues sí, como tú no eres el que está pasando por esto… bla, bla, bla”. Pero en esta ocasión, el sonido de su voz tuvo tanta certeza que me tranquilizó, y dije: OK, MAÑANA SERÁ OTRO DÍA.

Nos fuimos a dormir y al día siguiente tuve cita con mi doctora, para ver el tratamiento de la radioterapia. Nos dijo: “justo está aquí en Saltillo el doctor que te haría la radioterapia, él es de Monterrey, déjame le llamo”. El doctor ya iba rumbo a Monterrey, pero, para mi BUENA SUERTE, se había parado en Ramos para comprar pan de pulque, así que accedió a regresarse al consultorio de mi doctora. Nos reunimos con él y le dije: “aún no puedo empezar la radioterapia porque me van a tener que operar otra vez”. Para no hacerles el cuento largo, revisó mis estudios y me dijo: “TÚ NO TIENES CÁNCER EN EL SENO IZQUIERDO, estás bien”. Yo no lo podía creer, me hizo la más feliz. Mandamos mis laminillas a dos nuevos laboratorios y los dos confirmaron que, efectivamente, no había cáncer.

Desde ese día vive en mi cabeza la frase que me dijo mi papá: MAÑANA SERÁ OTRO DÍA. Algo que parecía imposible que sucediera, sucedió.

Normalmente, el miedo se apodera de nosotros y nos nubla la razón. Cuando algo así te suceda, encomiéndate a DIOS y cálmate. Nada ganas con irte al peor escenario en tu cabeza, eso solo aumenta tu tristeza y niveles de estrés. Recuerda que tienes un padre en el cielo que te ama y ve todo el panorama.

P.D. Quiero agradecerle al doctor que me operó por haber mandado mis tejidos a examinar, el error fue del laboratorio a donde se mandaron.

Mariana Canepa Leite

Nacida en Ciudad de México pero saltillense de corazón, estudió la carrera de Mercadotecnia en el Tec de Monterrey. Es reconocida por su labor como conductora de noticias en radio y televisión. Siempre le apasionó la moda y en 2022 se trasladó a Milán, Italia, para cursar una maestría en marketing y comunicación de moda en el Instituto Marangoni de Milán. Otra de sus grandes pasiones es el senderismo, así como ayudar a los demás a convertirse en su mejor versión, ya que ha tenido que reinventarse más de una vez.