Platicando con mis amigas, he notado que el consumo de alcohol siempre es un tema cada que hay un nuevo embarazo: que si va o no a tomar y la frecuencia, cuáles son las restricciones acerca del consumo de estas bebidas recomendadas por el ginecólogo y nunca faltan las ya experimentadas madres que dan consejos acerca del tema -todo sin afán de aturdir, pero sí de asesorar- a la nueva mamá. Cada quien va a recomendar lo que mejor les funciona, como en todo en esta vida.
Y aquí comienza el debate acerca de qué tanto afecta el alcohol a un bebé en gestación. Este artículo estará destinado a la maternidad y su primera etapa: el embarazo. Desde ese momento, se vela por el bebé y las reglas son implementadas: no comer pescados o mariscos crudos, tomar vitaminas y suplementos, no fumar, no tomar alcohol o hacerlo en bajas dosis, etc.
El permitir o no tomar vino durante esta etapa varía de doctor a doctor. Hay algunos que argumentan que una copa de vez en cuando no daña al bebé. Otros ginecólogos alegan que si bien puede no haber afectaciones, tampoco hay beneficios, por lo que es mejor abstenerse durante el embarazo y la lactancia.
Recientemente, se realizó un estudio en España sobre el consumo de alcohol y tabaco con 153 mujeres embarazadas. Para las muestras, se tomó un cabello al mes a cada una de las participantes. El consumo de tabaco era nulo en todos los casos, pero hubo una gran disparidad en la ingesta de alcohol; el 42 por ciento de ellas bebió una vez por semana. La cuestión es esta: el alcohol pasa directamente al feto y un consumo excesivo puede provocar retraso intelectual y malformaciones; tomarlo en pequeñas cantidades podría interferir en la formación del cerebro, hacer más lento el proceso de aprendizaje, afectar la absorción de nutrientes y hace que el bebé sea más propenso a un nacimiento prematuro.
La verdad es que no hay una cantidad segura de alcohol que se pueda tomar durante el embarazo y que no afecte al bebé, ni algún momento donde ya sea seguro consumirlo. Se ha comprobado que todos los tipos son igualmente dañinos, incluyendo el vino y la cerveza.
Ahora, también hay que considerar que el estado de embriaguez hace que los sentidos se nublen y puede ocasionar un accidente que afecte al bebé, como una caída o un choque.
En la actualidad existen opciones de bebidas sin alcohol: podemos encontrar desde cerveza y vino hasta tequilas, ginebras y mezcales. Sin mencionar la coctelería, cada vez más solicitada.
Queda a discreción de cada mamá cómo desea manejar esta etapa en su vida. Ella decidirá con base en las recomendaciones de su doctor y lo que la haga sentir tranquila. Al final, muchos bebés han nacido sanos a pesar de que su madre haya consumido alcohol durante el embarazo. Como en todo con la maternidad, hay distintas variables y solo la mujer que lo está viviendo tomará las decisiones que le parezcan las más adecuadas para ella y el bebé.
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