LECCIONES DE HISTORIA SEGÚN MIGUEL D’ORS

LECCIONES DE HISTORIA SEGÚN MIGUEL D’ORS

“La segunda mitad del siglo XX funcionó por razones que la Raison jamás conocerá.” –Miguel d’Ors

Con anterioridad les he hablado del grandísimo poeta español Miguel d’Ors, tan poco reconocido en nuestro país y en todo Latinoamérica, generalizando. Entre sus temas de amor, melancolía, nostalgia y sátira, figuran algunos (10 en concreto) que escribe bajo el nombre de “Lecciones de historia”. Así como la ficción siempre habla de otra cosa más allá de su trama superfi cial, d’Ors ofrece en este “Decamerón” de poemas un vistazo hacia el comportamiento y pensamiento de la segunda mitad del siglo XX, que no dista mucho (o nada, si somos sinceros) del comportamiento y pensamiento de hoy en día. Cabe recalcar que el autor era un grandísimo y excelente católico y que, por lo mismo, hace constante referencia a Dios en sus escritos; sin embargo, para aquel lector no creyente (como es mi caso), no significa que eso limite el mensaje que se encuentra clarísimo en el texto, así que lo invito respetuosamente a ampliar sus conceptos. A continuación, un par de estas lecciones para que ustedes, mis queridos lectores, se identifiquen o no en lo que acontece a nuestro alrededor, sean o no conscientes de ello.

Lección de historia V

La segunda mitad del siglo XX proclamó la bandera de la paz y de la vida: la vida de Mick Jagger, la vida de Alí Agca, la de Charles Manson, la de Bokassa, la de José Rodríguez, son sagradas; la vida de las focas y la de las sequoias y hasta la vida de los vietnamitas son sagradas, etcétera… Muy bien, señores, pero mientras el Universo se llenaba de palomitas rosas, mientras todos ustedes hacían el amor y no la guerra, en cada útero un Auschwitz, un Dachau, un Stalin, un Führer, un Vietnam, un Paracuellos, un negro y fiero y ciego bombardeo. Todo legal, no sufra, todo a cargo de la Seguridad Social, naturalmente.

Cinco, veinte, sesenta millones, ochocientos millones de personas – Dios lleva cuenta exacta- asfixiadas, quemadas, trituradas (con absoluta higiene y música ambiental para que nadie diga). Yo he escuchado sus llantos diminutos, he visto sus milímetros de espanto, sus deditos de leche desvalida moviéndose en el cubo funerario. Yo levanto estos versos como un volcán de rabia y grito a las estrellas que el amor genocidio de este planeta fue la segunda mitad del siglo XX.

Lección de historia VII

La segunda mitad del siglo XX se propuso llegar al Paraíso ahorrándose el viaje. Ser Agustín sin recorrer de bruces todo el dolor el media entre el robo de peras y la visión beatífica; ser Francisco de Asís sin merecerlo por el hambre y el no y el parecido con los lirios del campo; ser –ay—Juan de la Cruz sin noche oscura ni cadenas voraces ni dolencia de amor; ser María Goretti, pero llegando a un trato.

Para volar tan alto, tan alto, les vendieron un atajo: pastillas, sobrecillos, jeringuillas, perfectos sucedáneos –pensaban—de la ascética. Ascética sintética. Una fumata, tío, y el éxtasis. Un sorbo de este rollo y las ínsulas extrañas. Un pinchacillo aquí y escuchas en diez pistas el hosanna de oro de los coros angélicos.

Lo malo es que el atajo era mentira. Lo malo es que aquel cielo era mentira. Lo malo es que la puerta que Ferlinghetti & Dylan, Limited (very limited) cantaban los condujo –mentira, “Lasciate ogni speranza”— al Horror infinito.

LA AUTORA

Joven apasionada por las letras, heredo de su madre y abuela los deseos de contar historias, con apenas 19 años de edad, María Treviño ya sabe lo que quiere en la vida, escribir es la máxima expresión de su existencia.

María Treviño

Joven apasionada por las letras, heredo de su madre y abuela los deseos de contar historias, con apenas 19 años de edad, María Treviño ya sabe lo que quiere en la vida, escribir es la máxima expresión de su existencia.