Llegó la fecha en que nuestro alrededor empieza a despertar. Inicia la brotación de las hojas en los árboles y nuestro entorno se pinta de verde. Las mariposas visitan los jardines. Los pájaros vuelven, llenándonos de cantos. Los tonos del invierno se ven suplidos por los vivos colores de la primavera.
En los viñedos, la primavera marca el comienzo del trabajo en el campo para preparar la cosecha. Vemos los primeros brotes en la planta y un nuevo ciclo de la vid toma partida. Empiezan una serie de labores necesarias para asegurar que la planta tenga la fuerza suficiente para crecer y las herramientas para crear el mejor fruto posible. Se realizan las podas. Es el momento de sembrar nuevas parras o sustituir las que ya no sirven. Se debe deshierbar todo aquello que va creciendo y que le puede quitar agua y nutrientes a nuestro objetivo: la uva.
En el momento en que la temperatura empieza a subir, la savia comienza su recorrido por la vid. Se ven nuevos brotes verdes, que se convierten con el paso del tiempo en pequeñas hojas y flores miniatura. La floración viene al final de la primavera, aproximadamente 60 días después de la brotación. Las parras se autopolinizan, esto significa que no necesitan de abejas o el viento para su fertilización. Para todos los enólogos, lo ideal en esta etapa es tener poca lluvia y que no haya aire que pueda interrumpir la polinización y bajar la producción esperada; pero son situaciones climáticas que no se pueden controlar.
Con el paso de los días, las flores se convierten en uvas, crecen ramas y hojas. Es tiempo de ponerles una guía que ayude a cargar el fruto, y asegurarse de que este, a su vez, tenga la máxima exposición al sol que sea posible.
Aunque esto se describe a grandes rasgos en un par de párrafos, el trabajo en campo es mucho más complicado, ya que las inclemencias del tiempo están fuera del control humano. La primavera viene con sus imprevistos, como una helada tardía que llega cuando la floración comenzó o una granizada que termina tirando los frutos que apenas comenzaban su maduración. Pueden presentarse plagas o enfermedades que afecten los viñedos y destruyan todo el plantío.
A pesar de las dificultades y el arduo trabajo en campo que conlleva esta época, no cabe duda de que la primavera trae el crecimiento: para el viñedo, para la humanidad y para la vida. Representa la esperanza de un nuevo ciclo; nos demuestra que siempre puede haber un nuevo comienzo y oportunidades para descubrir, vivir y disfrutar.
RECOMENDACIÓN DEL MES
VINO: Ensamble Cabernet-Shiraz, El Fortín
REGIÓN: San Buenaventura, Coahuila
PRECIO: 650 MXN
PUNTOS DE VENTA:
-Viñas del Desierto
-Mercado de vinos (en línea)
-Alsuper Fresh Market
-Varrica
