En el corazón de San Antonio de las Alazanas, en el municipio de Arteaga, la familia Durán García ha sembrado mucho más que girasoles: ha cultivado un sueño compartido. La Huerta de Girasoles florece con historia, trabajo en equipo y amor por la tierra. Un paraíso amarillo que invita a reconectar con la naturaleza mientras caminas entre miles de girasoles. Platicamos con María Fernanda Durán García para conocer la historia.

HUERTO DE GIRASOLES: DONDE FLORECEN LOS SUEÑOS
La Huerta de Girasoles inspira con su historia familiar y su conexión con la naturaleza en San Antonio de las Alazanas.

¿Cómo y desde cuándo nació la idea de tener un huerto de girasoles? ¿Y en qué momento se involucraron todos como familia?
Tenemos en esta propiedad desde finales de 1800, mi familia ha radicado y cultivado huertos de manzanas por más de cinco generaciones, yo soy la quinta generación. Surgió de la necesidad de compartir el lugar donde vivimos, la cultura agrícola. Mi familia, siendo integrada también por cinco mujeres, pues ya sabes, el gusto por las flores, por los jardines, por las flores amarillas. Entonces, empezó como esa curiosidad, esa intriga de: “¿y si plantamos un campo de girasoles?”
Nos inspiramos en otros campos alrededor del mundo que cultivan tulipanes y, precisamente girasoles, y dijimos: “Creo que el girasol se adaptaría perfectamente al clima de la región”. Empezó en una reunión familiar como de: “¿Te imaginas si tuviéramos un lugar turístico? ¿Te imaginas que viniera gente de todos los lugares de México? ¿Te imaginas si conocieran la huerta?”
Actualmente, tenemos 15 mil girasoles en la primera etapa, y son tres etapas. En total, vamos a tener 45 mil girasoles este año. Cada etapa dura cinco semanas, cuando una etapa termine va a empezar la segunda, y cuando la segunda termine ya va a estar la tercera; así vamos a tener continuamente girasoles.
En este espacio también hay otras atracciones, ¿qué más encontramos?
Además de pasear por las huertas de girasoles, puedes tomar un paseo en bicicleta por nuestras huertas de manzana. Tenemos 10 mil manzanos, que es lo que ha cultivado mi familia por cinco generaciones.
Además, puedes tener contacto e interacción con los animales de granja, con animales de la región, a través del respeto y de una convivencia honrando siempre la naturaleza. Por otro lado, tenemos un área social con mesas de picnic, donde puedes pasar el tiempo con tu familia o amigos.
Tenemos una fuente de sodas donde puedes relajarte o tomar un cafecito con pan, con productos de la región hechos a mano por personas de San Antonio de las Alazanas. Tenemos mucha variedad para hacer de tu estancia algo realmente memorable y cómoda.
Contamos también con un viñedo que tiene cuatro mil parras. Invitamos a toda la gente fan de la cultura vitivinícola a que venga a este nuevo punto de encuentro. En la Sierra de Arteaga contamos con varios viñedos, como en el Cañón de Huachichil, Cañón de la Carbonera. En este cañón de San Antonio de las Alazanas no había un viñedo, somos los pioneros. Para el otro año estamos planeando un restaurante grande.

¿Y qué animales hay en la granja interactiva?
Tenemos una vaca longhorn con la que pueden interactuar, no se puede montar. Podemos alimentar a las cabras, a los borregos, también recolectar huevos de gallina, que esa va a ser una actividad muy padre para los niños, para que colecten sus propios huevos.

¿Qué papel desempeña cada integrante de tu familia?
Mis mis papás habitan aquí los siete días de la semana, ellos fueron los pioneros de la idea, a los que se les prendió el foco de empezar a hacer este lugar un sitio turístico.
Mis hermanos han estado al pie del cañón en toda la logística, en aportar ideas. Básicamente este es un proyecto que tiene cinco cabezas, somos todos aportando ideas, llegando a acuerdos, todos queriendo dar lo mejor de nosotros para que este sea un lugar mágico para todos los visitantes.

¿Y cómo se han repartido las responsabilidades?
Mi papá es el que hace todo todo el trabajo. Nosotros estamos por el lado de redes sociales, buscando proveedores, organizando eventos que habrá, picnics, todo eso lo coordinamos nosotros como hijos. Mis papás son Jesús Durán y Sonia García, mis hermanos Adrián y Ramiro Durán.
¿Cuál ha sido el mayor reto que han enfrentado como familia?
El mayor reto ha sido ponernos de acuerdo. Como decimos por ahí, cada cabeza es un mundo y lo mismo sucede en nuestra familia.
Todos tenemos ideas. Unas muy arraigadas, otras más modernas, entonces tuvimos que llegar al equilibrio y que todas las opiniones se tomaran en cuenta. Perdimos el miedo, realmente nos aventuramos a abrir este proyecto sin saber qué viene después, con muchas ganas, mucho corazón. Pero ese fue el mayor reto, el equilibrio entre las ideas.

¿Y qué les ha enseñado este proyecto sobre el trabajo en equipo y la convivencia familiar?
Nunca habíamos estado tan unidos. Es muy bonito cómo mi papá ha echado mano de nosotros: “Bueno, tú eres la que trae ideas modernas, tú eres el que le sabe a todos los animales, tú le sabes a medios de comunicación, logística”.
Ha sido muy gratificante como familia unirnos en este sentido, de compartir nuestro hogar, porque nosotros desde pañales andábamos aquí entre manzanas. Entre girasoles apenas el año pasado empezamos, pero esta es nuestra casa.

¿Cómo equilibran el negocio con la vida familiar?
Antes de nuestros roles, por cuestiones académicas tuvimos que ir a Saltillo a las escuelas y universidades. Pero realmente cada fin de semana estábamos aquí. Toda la vida lo hemos hecho como una tradición, y nos sentimos mal si le fallamos de estar aquí sábado y domingo con nuestros papás.
Entonces, sí hay que equilibrar el tema de la familia con los deberes de lunes a viernes en la ciudad, pero este trabajo que estamos realizando no es un trabajo, es un disfrute para nosotros.
¿Tienen alguna tradición o ritual familiar que sea especial para ustedes?
Cada etapa de la manzana es un ritual para nosotros. Cuando inicia la pizca de manzana, es como el logro anual. Es nuestro top como familia, nuestro ritual.

¿Qué significa para ustedes el girasol como símbolo, más allá del huerto y de que sea un espacio para que las personas visiten?
El girasol significa para nosotros la resistencia. El año pasado fue período de prueba del girasol y creímos que no iba a resistir algunos climas que tenemos en la región. Tuvimos las heladas más atroces y más difíciles. Los girasoles resistieron, no estos que estamos viendo actualmente, pero mucha cantidad de girasoles dispersos a lo largo de la propiedad sí aguantaron el clima.
Entonces, eso nos da un gran valor que podemos tomar nosotros como personas: hemos pasado por muchas cosas difíciles y aquí seguimos floreciendo a nuestro tiempo, a nuestra manera.
¿Y qué te gustaría decirle a las personas que desconocen que en esta región se pueden dar girasoles?
Que, al igual que nosotros, no le tengan miedo a intentar. En la vida a veces tenemos miedo de: “pero nunca nadie lo ha hecho, ¿por qué a mí sí me va a salir?” Bueno, pues atrévete a que exista.
Así como nosotros nos atrevimos, creo que en ningún lado del estado había girasoles y nos atrevimos, dijimos: “Sí, se puede. Y si no se puede, pues ni modo, lo intentamos”.
¿Cuál es el proceso de un girasol en el huerto?
El trabajo es arduo por parte de nuestros colaboradores. El trabajo va desde principios de año con la preparación de la tierra. En marzo hacemos la siembra. Después viene la espera de 100 días. Luego son cinco semanas del girasol en su apogeo, en su plena floración.
Finalmente, se marchita y sirve como alimento para los animales. No comercializamos el girasol, todo vuelve a la tierra.
¿Qué consejo le darías a otras familias que están pensando en emprender juntas?
Que lo hagan y que no le tengan miedo al fracaso. Como nos decían nuestros papás: “el no ya lo tienes”. Si te quedas estancado o en el hubiera, no lo vas a lograr. Los invito a que hagan lo que nadie más hace, a que sean diferentes, a que creen su propio espacio.
¿Cuál es tu momento favorito del día en el huerto?
El atardecer siempre va a ser mi favorito. Desde antes de que estuvieran los girasoles veíamos el color del sol en las manzanas cuando se iba ocultando. Es algo super bonito. Somos la quinta generación y le decimos a nuestros antepasados: “Aquí seguimos”.

¿Qué opinas sobre la conexión con la naturaleza que necesitamos y que a veces olvidamos estando en la ciudad?
Necesitan venir a conectar, porque esto, lejos de ser algo que solo puedes ver con tus ojos, es algo que se puede sentir, que lo puedes reflejar en tu vida.
Venir al campo no solo es recargar pilas, no es solo venir a sanar almas, es también venir a preguntarte el sentido de tu vida.
¿Qué planes tienen a futuro?
Tenemos esperanza en ser un atractivo turístico en la región sureste, donde puedas encontrar más experiencias vitivinícolas, de hospedaje, de aprendizaje. Estamos abiertos a traer conferencias, congresos.
¿Qué apertura hay para eventos?
De lunes a viernes, solo estamos abiertos a reservaciones para llevar a cabo sesiones de fotos, visitas de fotógrafos y visitas privadas grupales, además de pedidas de matrimonio, revelaciones de género, picnics privados, cumpleaños.

Los horarios
Viernes, sábados y domingos
9:00 a 19:00 horas
Conócelos
San Antonio de las Alazanas, Arteaga, Coahuila
Instagram: @lahuertadegirasoles
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