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/ 14 noviembre 2025

DR. RAÚL DÍAZ: EL MÉDICO QUE HA TRANSFORMADO VIDAS EN COAHUILA

El Dr. Raúl Díaz dirige el área médica del CRIT Coahuila desde su apertura en 2004, impulsando inclusión y esperanza para miles de niños con discapacidad.

El 16 de enero de 2004 abrió sus puertas en Saltillo el Centro de Rehabilitación Infantil Teletón (CRIT) Coahuila, con la misión de brindar atención integral y acompañamiento a niños con discapacidad. 21 años después, más de 20 mil pacientes han sido parte de su labor, transformando no solo sus vidas, sino también la manera en que la sociedad entiende la inclusión y la empatía.

Desde sus inicios, el doctor Raúl Díaz, director del CRIT, se encuentra al frente de este proyecto. Ha sido testigo de cómo la solidaridad ciudadana y el trabajo médico han hecho posible abrir caminos de esperanza y oportunidades. 360 conversó con él sobre su trayectoria y la huella que ha dejado esta institución en Coahuila.

Doctor, ¿qué lo motivó a integrarse al proyecto del CRIT Coahuila?

Mi historia comenzó hace 27 años, porque inicié en el primer Teletón, en el Estado de México. Fui parte del primer grupo de colaboradores, donde trabajé seis años, hasta que surgió la oportunidad de venir a Saltillo. No conocía la ciudad, pero me encantó la idea y hace 21 años nos establecimos en Coahuila, cuando me invitaron a dirigir el área médica.

Me motivó que el centro estuviera dedicado a la rehabilitación infantil, con tecnología de punta y un equipo humano excepcional. Siempre soñé con trabajar con niños: primero quise ser pediatra, luego me especialicé en rehabilitación y cursé un posgrado en rehabilitación pediátrica dentro de la fundación.

Lo que me impulsa es transformar la vida de los niños y sus familias, brindarles oportunidades de inclusión y un verdadero proyecto de vida.

$!Bajo su dirección, más de 20 mil niños han recibido rehabilitación.

¿Cómo recuerda aquel primer día en que abrieron las puertas del centro?

Fue un momento verdaderamente emocionante. Formamos una valla para recibir a los tres primeros niños y sus familias, mientras comenzaban su atención. Antes de eso ya teníamos una lista de espera enorme, así que las jornadas de llamadas para avisarles fueron largas y participamos todos, no solo el personal de atención. Imagínese la alegría de los padres cuando les decíamos: “Ya pueden traer a su pequeño”.

La inauguración también quedó grabada en la memoria. Se realizó en diciembre, con la presencia del entonces gobernador Enrique Martínez, su esposa, Lucero, Fernando Landeros y el patronato. Aquella mañana Saltillo amaneció con frío y neblina; temíamos que el avión con las autoridades no pudiera aterrizar. Pero, justo a la hora prevista, el cielo se abrió, la ceremonia se celebró con éxito y, al terminar, la neblina volvió a cubrirlo todo. Fue un día inolvidable.

En dos décadas de trabajo, ¿cuál considera que ha sido el mayor logro del CRIT en la vida de los niños y sus familias?

Ha sido hermoso porque hemos encontrado adultos, de esos pequeñitos con los que empezamos, que ya son profesionistas, que ya son padres de familia. Le cuento algo que guardo en mi corazón enormemente: tuve un accidente en el carro y tuve que ir al Ministerio Público. ¿Y quién cree que me atendió? Un expaciente del CRIT, que ya era abogado y ahora agente del Ministerio Público. Imagínese qué emoción. Es un abogado y él se mueve en silla de ruedas. Ahora ya usa unas muletas canadienses.

$!Díaz destaca que la inclusión es un derecho, no caridad.

¿Qué retos médicos y humanos ha enfrentado durante su trayectoria como director del centro?

El primer gran reto fue formar un equipo de profesionales, y resultó una grata sorpresa descubrir el alto nivel de talento en la región. Después, la tarea clave fue transmitirles la misión y la mística de la fundación, para que comprendieran su esencia y el valor de nuestro modelo de atención médica, que cuidamos y defendemos desde hace casi 30 años.

Con el tiempo, todos se identificaron con el proyecto y se pusieron la camiseta del Teletón. Muchos colaboradores nos acompañan desde la apertura y ver su crecimiento profesional, con logros reconocidos incluso a nivel nacional e internacional, es un verdadero orgullo.

Desde su experiencia, ¿de qué manera la rehabilitación infantil contribuye a la inclusión social de las personas con discapacidad?

Creemos que la fundación, desde que llegó, marcó un parteaguas gracias a toda la proyección y a los diversos medios que ha tenido. Empezó a hacer que la gente volteara a ver y dijera: “¿qué es esto?”, que comenzara a entender cuál es el tema de la discapacidad. ¿De qué trata, de qué vive una persona con discapacidad, qué limitaciones vive y qué necesita?

Y que el país entero necesita ser justo, que todos tenemos un lugar. También enseñar a las personas con discapacidad que son seres humanos, que tienen derechos, pero también obligaciones. Se trata de darles un sentido de igualdad.

Claro, teniendo en cuenta que a veces necesitan apoyos o adecuaciones de los lugares, pero es un sentido de igualdad. Nos preocupa mucho que la gente no sienta que esto es un tema de caridad, es un tema de derechos, de inclusión, de ser parte.

¿Cómo ha cambiado la percepción de la sociedad coahuilense hacia la discapacidad desde la llegada del CRIT?

Fue una gran sorpresa descubrir la historia y el avance que tenía Coahuila en la atención a personas con discapacidad. El estado siempre se ha caracterizado por ir a la vanguardia en muchos temas, especialmente en educación, y este no fue la excepción. Ya existían numerosas asociaciones, centros como el CREE y diversas UBRs (Unidades Básicas de Rehabilitación) distribuidas en todo el territorio. Nosotros llegamos para sumar, aportar nuestro granito de arena y trabajar en conjunto. Fue, en realidad, continuar el gran trabajo que Coahuila ya había construido en este ámbito.

El Teletón se sostiene gracias a la solidaridad ciudadana, ¿qué significa para usted ser parte de un proyecto que une a todo un país en torno a esta causa?

Es una gran emoción y también una enorme responsabilidad. Como dice Fernando Landeros, cada ladrillo de este centro lleva el nombre de quienes, con amor y esfuerzo, confían en la fundación. Eso nos obliga a dar cuentas claras y transparentes.

Desde hace tres años atendemos a personas con trastorno del espectro autista y pronto abriremos un área especializada dentro del CRIT para recibir a más niños. Nuestro mayor reto y orgullo es seguir cambiando y mejorando cada día.

Y en su carrera como médico, ¿qué aprendizajes personales le ha dejado trabajar con niños y familias en contextos tan desafiantes?

Me ha enseñado a ser más humano y empático, a comprender lo que viven las personas con necesidades especiales y las familias que llegan lastimadas por distintas causas. Aprendí a ponerme en sus zapatos, a ayudarlos desde mis posibilidades profesionales y a vivir la vida de otra manera.

Ese aprendizaje también ha impactado a mi familia. Mis dos hijos, que decían no interesarse en la medicina, hoy son médicos y llevan la semilla que el Teletón nos dejó. Mi esposa es terapeuta física, y todos nos hemos sensibilizado para servir. Mis hijos, en particular, han aprendido a ver a quien tienen enfrente no solo como paciente, sino como persona, y a escucharlo. Eso es lo que el Teletón me ha enseñado como profesional y como padre.

$!El CRIT integra tecnología de punta en cada tratamiento.

¿Qué papel juega la innovación médica y tecnológica en los tratamientos de rehabilitación que ofrecen en el CRIT?

La tecnología es clave en nuestro centro. Contamos con un laboratorio de marcha y análisis de movimiento, entrenamiento robótico para caminar y realidad virtual inmersiva que permite a los pacientes realizar actividades como si realmente las vivieran.

Tenemos equipos para fortalecer fuerza y movilidad, así como tecnología especializada para mejorar la deglución, esencial en niños con discapacidad que tienen dificultad para tragar y riesgo de broncoaspiración.

Pronto incorporaremos la mano robótica Artouch para habilidades finas y gruesas, además del brazo robótico Armeo. También usamos Myro, una gran tableta interactiva que estimula la motricidad y funciones cognitivas como la memoria y la atención.

En la fundación buscamos siempre lo más avanzado, incluso un robot diseñado para interactuar con personas con trastorno del espectro autista.

Como profesional de la salud, ¿qué mensaje le daría a las nuevas generaciones de médicos?

Que el ser médico te coloca en una posición de gran responsabilidad ante la persona que tienes enfrente. Que tenemos la responsabilidad de cuidar de su vida, y a veces la decisión de poderlo salvar de una situación que lo pone en riesgo de fallecer. Eso nos coloca en una gran posición de saber ser humano.

Háganse muy capaces en conocimientos médicos. Eso es parte de nuestra labor, mantenernos siempre actualizados, pero no dejen atrás la humanidad. Nuestro toque personal hacia las personas, esa es la gran diferencia.

$!“Transformar vidas es mi mayor motivación”, afirma el médico.

¿Qué momentos o historias de pacientes lo han marcado profundamente en estos años?

Hay muchas historias, pero dos me marcaron profundamente. La primera es la de un joven de Culiacán que atendimos hace unos ocho años, cuando aún no recibíamos adultos. Fue brutalmente agredido: una pandilla lo confundió y le destrozaron el cráneo a batazos, dejándolo con una lesión cervical grave. Su familia llegó hasta Coahuila, el único CRIT del norte en ese momento, y pedí autorización para atenderlo. De llegar inmóvil, logró ponerse de pie, caminar con asistencia y recuperar el habla. Hoy continúa su rehabilitación en el CRIT de Mazatlán.

La segunda es la de Fernando, un albañil de 19 años que, al impermeabilizar un techo, sufrió una descarga eléctrica al tocar cables de alta tensión. Perdió las cuatro extremidades. También pedí que lo recibiéramos y, con prótesis de brazos y piernas, consiguió volver a caminar con ayuda. Aunque ya no sabemos de él, su independencia fue un logro enorme. Son historias que me acompañarán siempre.

De cara al futuro, ¿qué sueña para el CRIT Coahuila y cómo espera que siga contribuyendo a una sociedad más justa, incluyente y empática?

Sueño a este CRIT creciendo, no solamente en la atención, sino en el edificio, porque necesitamos más espacio. Construir áreas especiales para la atención para personas con autismo, poder tener más áreas operativas para crecer en servicios y atender a más personas.

No solamente quedarnos con lo que hacemos aquí dentro, sino hacer un impacto como una ola de agua hacia afuera. Nosotros tenemos un proyecto que se llama atención en comunidades y podemos salir.

Sin embargo, irnos con un grupo de profesionales de CRIT, ir a comunidades de Coahuila, a atenderlos. Pronto vamos a hacer una visita a algunas comunidades cercanas.

También atendemos a distancia a través de Zoom. Podemos hacer consultas, revisiones, todo a distancia. Eso sería un gran sueño, crecer también en la atención lejana.

Y poder tener más CRIT en esta región sería genial. Monterrey, sería hermoso tener un CRIT allá, pero son sueños.

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Susana Zepeda
por
Egresada de la primera generación de la licenciatura en Estudios Humanísticos y Sociales de la Universidad de Monterrey, tiene experiencia en el ámbito gubernamental y 20 años de trayectoria en los medios impresos particularmente en área cultural, en los que obtuvo un Premio Estatal de Periodismo en Crónica Cultural.
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