EL PRECIO (Y PESO) DE LA EXCELENCIA

EL PRECIO (Y PESO) DE LA EXCELENCIA

El mal del siglo: la lucha por ser el mejor

Le voy a contar algo raro y extraño, como raro y extraño es el mundo hoy. ¿Cuánto es el costo de la excelencia, de hacerlo todo bien y no sólo bien, sino hacerlo excepcional, perfecto y estar literalmente por ello en la cumbre del mundo? ¿Cuánto es lo que usted pagaría por ser el mejor chef, ser nombrado por años consecutivos el mejor cocinero del mundo? ¿Qué arriesgaría, cuánto arriesgaría? ¿Arriesgaría… su vida misma?

Usted lo sabe: hoy los cocineros son semidioses o de plano, dioses; los merenderos son restaurantes gourmets y una gota de vinagre milimétricamente puesta, separa a un chef del montón y llegar a obtener una estrella Michelín, esas estrellas que lo catapultan usted al universo todo. Hace algunas lunas le conté aquí de un espectacular experimento culinario, un vínculo entre la música y la cocina: la experiencia sensorial de disfrutar una buena comida en maridaje perfecto con la experiencia sonora. Fue una película documental llamada “El Somni” (El sueño). El título es una ecuación matemática: “(CCR+A). X= El Somni” de 2013. Aquí se muestra (documenta) una cena de 12 tiempos dirigida por los hermanos Roca, los dueños y multi-premiados directores del restaurante “El Celler de Can Roca” (CCR), por varios años, el mejor restaurante del mundo según los especialistas.

El más joven de los tres hermanos Roca, Jordi Roca (Girona, 1978. En el año 2014 fue nombrado el mejor pastelero del mundo, así las cosas con esta familia de toque divino) y según los reportes de la prensa española de fines de 2018, tiene años, años luchando contra extrañas enfermedades que lo tienen en el fi lo de la vida, literalmente.

De 15 doctores consultados y alrededor del mundo, todos le han dado diagnóstico diferente. La ciencia no sabe lo qué le pasa a este genio de la cocina. Todo, todo está dentro de él. Pero, la ciencia debe de ayudarlo y es cuando uno se pregunta si esta lucha, este mal del siglo XX y XXI de ser el mejor, de estar en la cumbre de la excelencia en cualquier actividad humana, sea el motivo realmente de los colapsos a los cuales se ven sometidos jugadores (los vómitos de Leo Messi), cantantes y artistas (Joaquín Sabina en el filo del derrumbe por siempre debido a su vida y actividad) y hoy, un chef.

¿Qué le pasa a Jordi Roca? Todo. No puede hablar. Lo hace a trompicones, su cerebro se “desconectó” y “desaprendió” a hablar. Estuvo afónico, sin palabra por bastante tiempo. Su voz se convirtió en una sombra más de su cuerpo. Pero también, un día el cuello se le engarrotó y se quedó fijo. Luego fue su cabeza, la cual no obedecía las señales que le mandaba su dueño. Empezó entonces su viacrucis con la ciencia (alrededor de ocho años de penurias científicas): ha ido con el radiólogo, con el fisioterapeuta, con el “posturólogo”, con el especialista en cervicales, con un especialista en columna vertebral, con el otorrinolaringólogo, fue con el foniatra, con dos neurólogos, con… y no, no mejora. O mejora muy poco. En una semblanza de todo esto y una entrevista con el célebre chef en un diario ibérico, éste dice en una parte: “Mi cuerpo pasó por un shock emocional. Los momentos de estrés provocan cambios profundos.”

¿Lo notó? El mal del siglo: la lucha por ser el mejor, el demonio de la competencia siempre presente. Luego añadiría: “Quiero recuperar el control de mi cuerpo.” “El Celler de Can Roca” de él y sus hermanos, es considerado el mejor restaurante del mundo. El precio ha pagar en este caso, es la vida misma la cual está engullendo al más joven de los Roca, Jordi Roca.

EL AUTOR

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.