DIOS SALVE A LA REINA PUSO DE PIE A LOS FANÁTICOS DE QUEEN EN SALTILLO

Dios Salve a la Reina.

Texto Nidia Martínez
Fotos: Luis Meléndez

Tal como sucedió en 1986, cuando Queen ofreció uno de sus dos conciertos históricos en Wembley, el grupo Dios Salve a la Reina, conformado por los músicos argentinos Pablo Padin, Francisco Calgaro, Matías Albornoz  y Ezequiel Tibaldo, hizo lo suyo en Saltillo.

Se trata del tributo a la icónica banda inglesa, que según la revista Rolling Stone es “lo mejor de Queen, después de Queen”. Es decir, cientos de personas se reunieron la fría noche del viernes 15 para ser parte de uno de los tantos conciertos que la agrupación, también llamada God Save the Queen, da alrededor del mundo.

Desde hace 20 años, el cuarteto se encarga de transportar a su público a aquellos momentos de la década de los años 70 y 80 en que Queen reinaba no solo en el Reino Unido, sino en el mundo entero. Por ello, a donde quiera que vaya Dios Salve a la Reina, la esencia de Queen invade el escenario. Nuestra ciudad no fue la excepción, con gritos de “¡Eo, eo!” el público estuvo más que listo para escuchar temazos como “Somebody to Love”, “Another One Bites the Dust”, “Radio Ga Ga”, y “We Are the Champions”.

Gracias a la voz de Padin, su parecido con Mercury y sus cambios de vestuario, pareciera que los ahí presentes tenían frente a ellos a uno de los hombres más talentosos de todos los tiempos, Freddie Mercury. Entre aplausos y gritos, el vocalista mandó mensajes de amor: “We love you Saltillo”, dijo. Además, regaló uno de los momentos más entrañables de la noche, cuando se sentó en el piano para interpretar “Bohemian Rhapsody”, el himno de Queen y una de las canciones más coreadas de la noche.

En ese sentido, también sonaron éxitos como “Under Pressure”, “I Want it All”, “I Want to Break Free” y “Crazy Little Thing Call Love”. A pesar del frío que se sintió, chicos y grandes se levantaron de sus lugares, bailaron junto a Padin, y terminaron pidiendo más. El grupo consintió a su público y regresó al escenario. Como era de esperarse, Padin portó corona y capa enloqueciendo a todos. Y es que se había prometido que Dios Salve a la Reina recrearía el concierto de Wembley 86, y así fue.