DIETA VIKINGA

Adelgazar comiendo es posible con las virtudes que brinda la dieta vikinga.

 

¿Conoces los secretos de la dieta vikinga?

Desde los países nórdicos, cuya alimentación está considerada como uno de los perfiles dietéticos más sanos, nos llega la última revolución para adelgazar de forma saludable y comiendo de todo.

La clave de la dieta vikinga reside en el equilibrio y en comer de todo para evitar la carencia de nutrientes, un riesgo que entrañan algunas dietas que prometen una pérdida de peso rápido. Esto es posible apostando por los alimentos frescos y de temporada y preparados de una forma más saludable.

Así, por ejemplo, se sabe que los vikingos hervían los alimentos en lugar de freírlos.

 

No es tanto un plan de comidas como una forma de pensar sobre el comer

 

BENEFICIOS

La Dieta Vikinga fue creada en el año 2004 por los conocidos chefs del restaurante Noma de Copenhague, René Redzepi y Claus Meyer, uno de los mejores restaurantes del mundo. Una dieta que, según han constatado diversos estudios, reporta beneficios para la salud a largo plazo:

  • La dieta vikinga ayuda a perder peso, tal y como constató un estudio de la Universidad de Copenhague.
  • La ciencia también ha constatado que ayuda a evitar la inflamación del tejido graso.
  • Previene la diabetes tipo 2.
  • Previene las enfermedades cardiovasculares.

 

La única forma de que funcione una dieta es mediante la reducción de calorías

 

Estas son las claves de la dieta vikinga para bajar de peso y aprender a comer más sano:

  • La dieta vikinga incluye a diario para las comidas verduras de hojas verdes, frutas de temporada, granos enteros (avena, cebada, centeno) y frutos secos (nueces, bayas).
  • Para las cenas la dieta vikinga propone tomar 2 días carne, 2 días pescado fresco y marisco y 3 días platos vegetarianos.
  • El desayuno de la dieta vikinga incluye avena con arándanos y jarabe de arce.
  • Siempre que sea posible optar por los alimentos orgánicos.
  • Evitar los alimentos procesados y refinados.
  • Evitar los aditivos alimentarios.
  • Condimentar con hierbas y plantas aromáticas.
  • Adaptar las comidas a cada época del año.
  • Evitar las comidas precocinadas y apostar por platos caseros.

 

En el equilibrio está la clave y la Dieta Vikinga evita las restricciones estrictas para, todo lo contrario, ofrecer un amplio abanico de posibilidades gastronómicas a sus seguidores: “No se trata de privarse de los alimentos favoritos; se trata de tener las versiones más saludables de los mismos”.

Como la dieta mediterránea, la Dieta Vikinga se basa en la cocina tradicional de la zona por lo que, “no es tanto un plan de comidas como una forma de pensar sobre el comer”. Sin embargo, a diferencia de la mediterránea que permite el pan blanco, la pasta o la polenta, la nórdica elimina todo tipo de granos y alimentos refinados o procesados y en lugar de aceite de oliva utilizan aceite de colza (conocido como canola en el mundo anglosajón).

 

 

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