CRÍTICA: “THE CROWN”, FAMILIA Y DEBER

La tercera temporada de “The Crown” llegó con un cambio en los actores y nuevas historias de la familia real inglesa, ¿está a la altura de las anteriores?

La tercera temporada de “The Crown” llegó con un cambio en los actores y nuevas historias de la familia real inglesa, ¿está a la altura de las anteriores?

Calificación: 4/5  🌟🌟🌟🌟✨ 

“The Crown” es una serie que busca contar el reinado de Isabel II desde su boda con Felipe, duque de Edimburgo, hasta la época actual. A lo largo de las temporadas se descubre cómo enfrentaron crisis políticas y familiares para mantener viva la monarquía.

Alrededor de esos dos ejes gira cada capítulo: un conflicto de estado junto a uno familiar y una decisión de la que dependerá el destino de la corona.

La tercera temporada de “The Crown” llegó con un cambio en los actores y nuevas historias de la familia real inglesa, ¿está a la altura de las anteriores?

Personajes: la reina ya no lo es todo

Olivia Colman toma el papel principal como la reina y Tobias Menzies como el príncipe Felipe, pero el verdadero protagonista es Carlos (Josh O’Connor). Sus primeros roces con las normas de la monarquía cimientan las bases de su escándalo más conocido: su matrimonio con Diana.

En las primeras dos temporadas Isabel aparece como una mujer cautelosa que en los momentos de crisis puede tomar las decisiones más desalmadas. Este contraste en su personalidad es visible incluso en la iluminación.

Al llegar estos conflictos, Isabel aparece en claroscuro, con la mitad del rostro iluminado y el resto en las sombras. Aquí se descubren la lucha entre deseos conscientes e inconscientes, el deber y la individualidad.

Sin embargo, en la tercera temporada estos momentos son cada vez más escasos y se resuelven más rápido, no tanto como un reflejo de la maduración de la reina sino porque el foco de la historia se centra en Carlos.

El príncipe aún no vive el peso completo de la corona, por ello se siente con un personaje unidimensional, en especial porque está al lado de otros más complejos como Margarita o Felipe. Por ello, es más difícil identificarse o sentir empatía hacia él.

Margarita (Helena Bonham Carter) muestra más de sus luchas: su búsqueda del amor, sus deseos de figurar y su espíritu progresista que la aleja cada vez más del poder.

Mientras Felipe comienza a bajar las barreras emocionales a partir de su reencuentro con su madre, uno de los capítulos más emotivos.

La mayoría de los nuevos actores encaja en el personaje que dejó su antecesor e incluso le enriquece con nuevos matices, expresiones o miradas. La maduración se ve no sólo en las arrugas o las canas, sino en la forma de desempeñar su deber.

La tercera temporada de “The Crown” llegó con un cambio en los actores y nuevas historias de la familia real inglesa, ¿está a la altura de las anteriores?

Basado en la realidad

La magia de las series históricas radica en que el público crea lo que está ocurriendo, no tanto en apegarse a la vida real. Si esta ilusión verosímil se rompe, es muy difícil volver a entrar a la trama.

El público podría querer cotejar los hechos reales con lo presentado en la serie, pero corren el riesgo de romper la ilusión. Por lo tanto, deberá elegir si desea sumergirse a ciegas o se arriesga a ver detrás del telón.

Toda serie debe contener una columna vertebral, es decir, los valores o conceptos simbólicos o abstractos que creen la unidad entre los capítulos. “The Crown” lo logra, pues sin importar los años que pasen sigue reflexionando las mismas cuestiones sin caer en lo repetitivo.

Por ello, las imprecisiones históricas no afectan en el desarrollo de la trama, aunque a veces es complicado ubicar temporalmente la acción pues saltan de 1972 a 1977 en un capítulo.

La tercera temporada de “The Crown” llegó con un cambio en los actores y nuevas historias de la familia real inglesa, ¿está a la altura de las anteriores?

La historia que se repite

La representación gráfica de la mayoría de las historias es una línea recta: un principio y un desenlace unidos por una serie de acciones. Sin embargo, también pueden ser en espiral, fragmentada o, en este caso, circular.

La mayoría de los capítulos y la serie en sí tiende a regresar a los puntos de inicio; no en un sentido temporal, sino simbólico. Por ejemplo, la decadencia del rey Jorge VI y la de otro personaje empiezan igual: con sangre en el baño.

La primera escena de la tercera temporada y la última coinciden: la reina en una habitación oscura, como representación del futuro incierto y de cómo sus emociones quedan encerradas hasta olvidarse por completo.

“The Crown” en conjunto es una gran serie, aunque esta temporada se siente como un momento de preparación para la siguiente, que abordará el escándalo de la princesa Diana.

Por lo tanto, debe verse como un momento de transición y presentación de personajes, de lo contrario, puede decepcionar.

Carolina García

Nació en Saltillo, Coahuila en 1995. Ama la lectura y narrar historias. Es licenciada en comunicación por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila. Participó en las antologías de cuento: “Imaginaria” (2015), “Los nombres del mundo: Nuevos narradores saltillenses” (2016) y “Mínima: Antología de microficción” (2018).