La siguiente es una recopilación, anárquica y sucinta, sobre comidas, alimentos, frutos y bebidas. Es lo que voy leyendo y anotando en mis cuadernos y libretas. Insisto, no hay orden ni concierto, solo son eso: una colección de citas. Lea usted, y quédese o haga suyas las que a usted le gusten de esta tirada de naipes:
“Al comer y al beber eructamos y al pagar suspiramos”.
Proverbio francés
“Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos consumían las tres partes de la hacienda…”
Página 1, capítulo 1 de “Don Quijote de la Mancha”
“Come poco y cena más poco, que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago”.
Miguel de Cervantes
“Los cocos tienen dentro agua de oasis”.
“La ostra es la bella sorprendida en su cuarto de baño”.
“La nata es la mejilla de la leche”.
Víctor Canicio
“Mi abuelo, al tomar el café,
me hablaba de Juárez y de Porfirio,
los zuavos y los plateados.
Y el mantel olía a pólvora”.
Octavio Paz
Los siguientes versos son fragmentos del poema “Viento entero”, del mismo Octavio Paz: “…Un adolescente de ojos verdes / te regaló una granada. / Al otro lado del Amu-Darya / humeaban las casitas rusas. / El son de la flauta uzbek / era otro río invisible y más puro. / En la barcaza el batelero estrangulaba pollos…”
Vea usted qué lejos y amén de ser líneas poéticas, nos cuentan y deletrean momentos, instantes e imágenes que, al final, hacen de estos textos verdadera poesía. Y es que en estas últimas líneas aunque se “ve” el plano donde se emparientan los alimentos (un café, un buen vino, una granada, un pollo) con la utilería (una copa, un mantel, la barcaza), siempre nos queda el sabor de seguir leyendo más y adivinar, no solo en sus palabras, sino en sus silencios y espacios en blanco, eso llamado poesía. Poesía para el paladar, y saborearla.
“Fuéronse pronto (tres enviados de Odiseo en las tierras de los lotófagos) y juntáronse con los lotófagos, que no tramaron ciertamente la perdición de nuestros amigos, pero los dieron a comer loto; y cuantos probaron este fruto dulce como la miel ya no querían llevar noticias ni volverse; antes deseaban permanecer con los lotófagos, comiendo loto…”
“La Odisea” de Homero
Un último apunte mío: ¿este loto es el maná bíblico? Mucho por explorar y disfrutar.