PARA NO MORIR COMIENDO…

PARA NO MORIR COMIENDO...

Así son los grandes libros: nunca son iguales en la segunda o tercera lectura

Este año y si Dios lo permite, voy a leer (releer) y como cada año es un proyecto de quien esto escribe, “Don Quijote de la Mancha” de ese mílite y genio llamado Miguel de Cervantes Saavedra. Como cada año, voy acometer su lectura y sin duda, voy a disfrutarla como la primera vez cuando lo leí de “corridito.” Y claro, voy a subrayar con plumón de diferente color (tengo varias ediciones, pero una de ellas está toda martirizada con plumón rojo, luego verde, con lápiz de grafito, algunas notas con pluma fuente… en fin) esta nueva lectura y sin duda, subrayaré líneas, pasajes en los cuales y antes, no había reparado ni puesto atención. Así son los grandes libros: nunca son iguales en la segunda o tercera lectura. Para decirlo con Heráclito, todo muta y cambia, fluye, por lo cual nunca metemos la mano o el pie dos veces en el mismo río. Nunca una lectura será igual a la siguiente, por lo cual mojamos y dejamos huella de nuestros ojos en diferentes intereses y episodios, no obstante en teoría, es el mismo libro.

Esto me pasa con Cervantes y su gran libro “Don Quijote de la Mancha.” Voy a iniciar su lectura en marzo, espero. Pero retomando la edición ya marcada una y otra vez, he dado con una cita con la cual he titulado este texto, es decir, don Quijote le dice a Sancho Panza en uno de sus interminables diálogos: “Nací para vivir muriendo y tú para morir comiendo.” Pues sí, así de glotón era Sancho y así de glotones somos los mexicanos en las fiestas de fin de año que recién, hemos terminado. “No tenemos llenadera.” Los mexicanos nunca llenamos, nunca hay moderación en nuestra vida. Por algo la anterior expresión popular siempre la aplicamos y lo peor, nos retrata de cuerpo entero en varias aristas de nuestra existencia cotidiana: nuestra vida sentimental, la vida laboral (entradas de dinero), nuestra vida de diversión y disipación, nuestra vida al momento de alimentarnos (beber y comer). No, en los mexicanos no hay moderación y sí y no pocas veces, hartazgo en nuestros hábitos alimenticios.

Acaba de pasar la temporada de fiestas de fin de año y todo fue brindis, abrazos, comida y bebida sin fin. Por algo los mexicanos le dicen con sorna e ironía a este largo periodo, el famoso puente “Guadalupe-Reyes.” Es decir, se empieza allá por las lunas del 12 de diciembre, día de la bella Virgen de Guadalupe, se continúa en las posadas, en los brindis en el trabajo, en la Nochebuena, las Navidades, el año nuevo y rematamos en la rosca del Día de Reyes. Puf. Pues sí, pura “comedera”, pura “gozadera”, como lo definimos en todos lados y a la menor provocación posible.

¿Y ahora? Si usted revisa las publicaciones de los diarios, revistas del espectáculo y de la realeza en el mundo, revistas del llamado universo del “corazón” y claro, los diarios cotidianos, todos rebozan de dietas, consejos para bajar de peso, rutinas de ejercicios y multiplicación de productos llamado “milagro” los cuales prometen que usted en 10 o 14 días, va a bajar los kilos que subió por las fiestas de fin de año. Lo bien cierto es que si usted quiere bajar todo lo que subió, no hay nada como ir al médico o nutriólogo y que le recete una buena dieta o ayuno de ciertos alimentos. Hacerlo por su cuenta puede ser peligroso. Todo es banquete y celebración cuando debe de hacerse (en la Biblia y tomando ésta en clave gastronómica); pero también hay muchos pasajes que exploran el No comer, es decir, el ayuno como una forma de llegar al nirvana y/o a la comunicación con ese al que llamamos Dios. ¿Puede ser peligroso? Sin duda que cada lector tendrá su opinión al respecto y si lo ha practicado en diversas etapas de su vida, puede opinar de ello a título personal.

Si usted lee a Lucas, el evangelista, luego de su bautizo en el Río Jordán (Lucas 4, 1-4) el maestro Jesucristo se retiró al desierto y no comió durante cuarenta días. Los hermanos judíos recomendaban en la antigüedad hacer ayuno el Día de la Expiación.

EL AUTOR

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.