MIS RECUERDOS

Perdí mi Facebook. Me “hackearon” o me lo eliminó la misma compañía, supuestamente por algo que no está permitido hacer en su plataforma; de ahí, una serie de inconvenientes se desataron, pues mi cuenta de banco y otras aplicaciones estaban ligadas a ella.

Obviamente, entré en shock al ver que ya no podía ingresar, ni con las distintas soluciones que amigos y expertos en el tema me dieron. Le moví a todo, literal, y el mismo mensaje recibí: “hemos suspendido tu cuenta”; para mí que ya será permanente.

En fin, después de haber sido víctima de estafa, esperando que el dinero sí se pueda recuperar, tengo muchos sentimientos encontrados y juro que no es por dramática.

Sí, Facebook es una red social para estar en contacto con amigos, familiares y conocidos, personas que se han cruzado en nuestro camino en cierta etapa de la vida, que formaron parte de nosotros en algún momento. Sin embargo, al pensar más a fondo, me queda claro que ya somos parte de una vida virtual, que realmente estamos conectados más allá de una experiencia física, que nuestra vida en redes puede ser también real.

Bueno, aparte de analizar que me hace falta conectarme con las personas que tenía, estar viendo sus estados, sus fotos y sus preguntas e ir actualizando la información de a dónde fueron, qué están haciendo y cómo están sus hijos, siento que me hace falta algo, siento que perdí algo importante de mi día a día.

Y una nueva cuenta la puedo hacer; sin embargo, siento una gran tristeza de haber perdido mis recuerdos, mi historia. Me da mucha nostalgia saber que no veré nuevamente aquellas publicaciones de hace años, donde una versión diferente a la de hoy aparecía, siempre sonriendo.

Sí, Facebook es el recuento de una historia, un diario personal, un gran álbum de fotos, un libro gigante: tienes felicitaciones por tu cumpleaños, por tu graduación, por tu compromiso, tu boda, el nacimiento de tus hijos, y también espacio para expresar condolencias, donde las palabras de apoyo y de ánimo son sentidas y fáciles de escribir.

“Face” nos guarda gran parte de nuestras vidas. De verdad me duele haber perdido todo, pues tenía aproximadamente 16 años documentando mis días. Tengo quizás un poco de miedo de no poder acordarme de aquellos momentos y que un día olvide por completo esas fotos, escritos y publicaciones que hice a lo largo de este tiempo.

Y, al final de cuentas, en la vida eso es lo que importa: lo que sentimos, vivimos, decimos y expresamos, lo que nos dicen los demás, esa interacción que tenemos con la gente, con nuestros seres queridos. Habitamos en un mundo donde olvidar nos da miedo, en donde no tener pruebas de que fuimos felices nos da temor, donde no estar conectados nos da “fomo”, y creo que, precisamente, eso es lo que estoy sintiendo.

Así, querido lector, te recomiendo que hagas una copia de seguridad de tu vida virtual, porque duele perderla. Es indiscutiblemente una parte de nosotros, por más real o inventada que sea; pero también que recuerda que nada, ni nadie puede quitarnos nuestros recuerdos, lo que hemos vivido y sentido, los lugares que hemos visitado, las cosas que hemos hecho. Eso también se queda guardado, quizás no en nuestra memoria, pero sí en nuestro corazón. Yo estoy segura de que, aunque no tenga las fotos, algún día recordaré aquello que me hizo sonreír o llorar, que cerraré los ojos y sentiré la emoción de esos días memorables, únicos e irrepetibles, porque son solo míos y no le pertenecen a nadie más.

 

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.