MÍRAME A MÍ, NO A LA TORMENTA | Saltillo360

MÍRAME A MÍ, NO A LA TORMENTA

Mírame a mí, no a la tormenta.

La semana pasada tuve dos días difíciles que me frustraron tanto que lloré como hace mucho no lo hacía. Estaba en el parque jugando con mis sobrinos, les lancé una pelota de futbol americano y sentí como si mi brazo se desprendiera de mi cuerpo. Casi me desmayo del dolor. Mi brazo derecho ha perdido movilidad por la operación. 

Al día siguiente, me estaba arreglando para salir con ellos. Mi cuerpo ha cambiado tanto, que la mayoría de mi ropa ya no me cierra y me frustro el doble. Veía mi clóset lleno de ropa increíble, que he armado con mucho cariño a través de los años, y ya nada me queda. Lo peor es que mucha ropa la estaba guardando para “algo especial”. ERROR, porque tal vez ya nunca la pueda usar. 

Lección aprendida. No dejes las joyas, la vajilla o la ropa para una ocasión especial, tu póntelo, úsalo, porque lo especial es que estás aquí y ahora. Mañana las circunstancias pueden cambiar. 

Esos dos días fueron como un golpe de realidad. Mi vida ha cambiado completamente, quien era y lo que disfrutaba ya no están a mi alcance. Tal vez mi familia pensó que estaba exagerando, pero en ese momento lo que me dolía era el alma, era la impotencia de querer ser y no poder. Era como un luto a la Mariana de antes, que era activa, deportista y fashionista. 

Mi hermano entró a mi cuarto y me abrazó mientras yo rompía en llanto; su abrazo fue tan cálido y reconfortante, uno que nunca nos habíamos dado. Eso me brindó la fuerza para seguir con el plan de irnos a un museo en el centro. Yo continuaba con el corazón apachurrado y un outfit con el que no estaba contenta, pero era lo que había en ese momento.  

Estando en el museo, sucedió algo que hasta ahora no me explico. El fondo de pantalla de mi celular es una foto mía con mis sobrinos; pero cuando lo desbloqueé, para mi sorpresa, mi fondo era otro, uno que nunca había visto: una imagen en blanco y negro de Jesús estirando su mano, con la frase “LOOK AT ME, NOT THE STORM” (Mírame a mí, no a la tormenta). Me quedé helada, porque Dios siempre se hace presente en mi vida, sobre todo cuando la estoy pasando mal. Fue una caricia a mi corazón y una confirmación de que todo se puede venir abajo, todo puede cambiar, puedo no tener “nada”; pero si lo tengo a Él, lo tengo todo. Él está en control, no yo. 

Ese fue otro golpe de realidad. ¿De qué me preocupo? ¿Por qué sufro? ¿Por qué me resisto al cambio? Claramente, mi vida ha cambiado y debo fluir, confiar, porque no estoy sola. Dios está conmigo, Él está transformándome en todos los sentidos, y mientras más me resista y viva en el pasado, queriendo ser la de antes, tendré más días como esos, en donde me duele el alma. 

Un bebé no se preocupa por su comida, el bebé sabe que va a comer. Los papás son los que se preocupan por cómo le van a alimentar. De ahora en adelante, ya no me preocuparé por el cómo, ¡porque tengo un Padre que se encarga de eso! Yo solo fluiré con lo bueno y no tan bueno, porque sé que Dios está a cargo y solo Él sabe el plan que tiene para mí. Yo solo debo confiar, porque lo que sea, sé que será lo mejor. 

Espero que esta reflexión les ayude a ver las cosas con una perspectiva de fe y confianza. Muchas veces planeamos nuestra vida con puntos y comas y nos frustramos cuando no sale como queremos; no está en nuestras manos el control, pero sí cómo reaccionamos. El vaso está medio lleno o medio vacío, todo depende de lo que TÚ QUIERAS VER. 

Y, ya por último, otra gran lección que tuve esa semana. Mi mamá y yo llevamos al aeropuerto a mi otro hermano. Su vuelo estaba retrasado y además le habían puesto una escala extra. Yo estaba muy enojada, porque él es doctor y tenía que llegar a una cirugía, esa escala extra significaba que iba a llegar tarde y cansado. Mi hermano me abrazó y me dijo: 

—Si tú te enojas, la única que se hace daño eres tú. No podemos cambiar lo que está pasando.

ALMA, CALMA, son cosas que no están en nuestro control. Es lo que es. Fluye, que la vida sigue. Tienes dos opciones: o te amargas o lo aceptas y pones buena cara. ¿Cómo quieres vivir?

Mariana Canepa Leite

Nacida en Ciudad de México pero saltillense de corazón, estudió la carrera de Mercadotecnia en el Tec de Monterrey. Es reconocida por su labor como conductora de noticias en radio y televisión. Siempre le apasionó la moda y en 2022 se trasladó a Milán, Italia, para cursar una maestría en marketing y comunicación de moda en el Instituto Marangoni de Milán. Otra de sus grandes pasiones es el senderismo, así como ayudar a los demás a convertirse en su mejor versión, ya que ha tenido que reinventarse más de una vez.