LA TRADICIÓN QUE HA SOBREVIVIDO CIVILIZACIONES

La vendimia ha sido siempre un momento de festejo y celebración. Se asociaba la cosecha de la vid a lo divino y se agradecía a los dioses su generosidad por permitirles obtener la uva de la tierra. Son una muestra de cultura y costumbres de distintas civilizaciones que hemos mantenido hasta el día de hoy. 

El origen de hacer tributo a la vendimia se remonta a la civilización egipcia, que realizaba un ritual para Osiris, dios de los muertos, ya que renacía cada año, al mismo tiempo que se cosechaba la uva, para inundar el río Nilo y fertilizar la tierra.

 Las fiestas de vendimia inician en Grecia y se ofrecían a Dionisio, popularmente conocido como el dios del vino. Era una celebración de cinco días y la fiesta más importante del imperio. Dionisio era el encargado, con su muerte, de cerrar el ciclo estacional y, en primavera, resurgir y renovar las tierras. Aquí empieza la tradición de pisar las uvas, probar el primer vino de la cosecha y hacer actuaciones y música alrededor de la celebración. 

Los romanos se inspiran en Dionisio y lo transforman en el dios Baco, representante del vino y los excesos. Las celebraciones entorno a Baco eran clandestinas, buscando al dios a través de la experiencia libertadora y el éxtasis del vino. Sin embargo, con el paso de los años y la importancia del vino para la antigua Roma, se documentan dos celebraciones oficiales de la vid. La primera era la Vinalia priora, fechada el 23 de abril, donde se probaba el vino prensado del otoño anterior en homenaje a los poderes de Venus, la diosa del amor. La segunda era la Vinalia rústica, el 19 de agosto, para solicitar a los dioses Júpiter y Venus la maduración de la uva y la protección para las huertas y la vendimia. 

Con el auge del cristianismo, se preservó la importancia del vino, pero las grandes fiestas se volvieron celebraciones austeras en los monasterios. Sin embargo, con el Renacimiento, los vinicultores retomaron sus celebraciones de vendimia. 

Los conquistadores de América llevaron esta tradición al Nuevo Mundo junto con su evangelización. Con cada nueva capilla se ponía un parral, donde cada año, al finalizar la cosecha, se hacía una fiesta con un gran baile. 

Probablemente, las celebraciones antiguas nos parecen muy lejanas, pero se han transferido a religiones y culturas de todas partes del mundo, en cientos de años de historia hasta la actualidad. El vino sigue siendo sinónimo de festejo, felicidad y alegría. Cada viñedo hace una gran fiesta invitando a familiares, amigos y amantes del vino para celebrar con ellos el fin de la cosecha y el inicio de la fermentación. Se hace alusión a los métodos pasados y a las enseñanzas adquiridas, teniendo como núcleo el agradecimiento a la tierra, a la fertilidad, a las manos que trabajaron y a la deidad que cada productor venere.

RECOMENDACIÓN DEL MES
Vino Rosado Uriel Adobe Guadalupe Puntos de venta:
-Vinoteca
-Adobe Guadalupe (en línea)
-Videsmx (en línea)
Precio: 400 MXN (promedio)

Eloísa Boardman

Licenciada en Derecho por el Tecnológico de Monterrey, MBA IPADE y Sommelier por parte de Le Cordon Bleu. Apasionada de la lectura, los viajes y el vino.