Está más cerca de lo que creemos
Fue en la década de los 70 y ya bien entrados los 80 cuando en México empezamos a escuchar recomendaciones sobre el cuidado del medio ambiente. Frases como “pon la basura en su lugar” o “no desperdicies el agua” sonaban inocentes y soñadoras, algo modernas también. En ese tiempo, parecía que el deterioro ambiental era algo remoto a nuestra realidad.
Cerca del 2020 vemos que hicimos poco caso a las recomendaciones y hoy padecemos las consecuencias, pues México ocupa los primeros lugares de la lista de los países más contaminados del continente americano.
No es posible que sigamos tirando tanta basura a la calle, que realmente no nos importe dejar encendidas las luces aunque no las estemos usando, que no exijamos a nuestras autoridades mejores regulaciones y que no salgamos a marchar para reclamar que las industrias se olviden por completo de considerar el impacto que sus operaciones tienen sobre nuestro entorno.
Todas las omisiones anteriores se suman a una larga lista de errores que, cobran particular relevancia en Nuevo León, el estado que alberga la ciudad más contaminada de México: Monterrey.
La situación que atravesamos los regios es alarmante y es un reflejo de lo que sucede en gran medida a escala global. La contaminación del aire muestra el daño que estamos ocasionando al ecosistema. Lo malo es que no nos hemos dado cuenta que nosotros mismos lo hemos ocasionando; somos una plaga, la peor de todas, para nuestro planeta.
Asimismo, la contaminación que percibimos en el aire es nada más un muestra de todo el daño que estamos causando a selvas, ríos, mares y bosques.
Lamentablemente, por el momento, todos critican, todos se quejan, todos hablan, nadie propone, nadie actúa. ¿Quién dará el golpe sobre la mesa? El sonido que nos haga voltear, prestar atención y dejar de perder el tiempo, dejar de verter el aceite directo por la coladera, botar las pilas y celulares sin mayor precaución, y usar el vehículo para cualquier traslado.
Solo hasta que nos demos cuenta que no estamos por encima de la naturaleza sino que formamos parte de esta entonces, empezaremos a actuar en consecuencia.
O solo falta que el planeta tierra nos arrebate la vida cansado de tanto abuso. ¿Hasta cuándo humano, hasta cuándo?
Y sí, la peor plaga del planeta, somos nosotros.
Twitter: @claravillarreal
LA AUTORA
Es reconocida por su desarrollo profesional en el área de la consultoría en imagen personal; eficaz para hombres y mujeres.