IDEAS Y NUEVOS SABORES PARA EL TRADICIONAL PAN DE MUERTO

Descubre las variedades de este postre mexicano y deleita tu paladar este Día de Muertos.

FOTOS: LUIS MELÉNDEZ

El pan de muerto es uno de los postres icónicos de México, símbolo que acompaña las festividades del Día de Muertos. Para conocer más de él, 360 acudió a Maria Petunia Bakery, donde los saltillenses encontrarán la receta clásica y deliciosas variedades rellenas.

Cecilia Pérez y Mónica Flores.
Cecilia Pérez y Mónica Flores.

Origen de la tradición

Este alimento tiene un significado espiritual, desde su forma que representa el ciclo de la vida y la muerte, hasta las cuatro canelillas en alusión a los huesos de los difuntos. Se coloca en los altares para honrar, recordar y alimentar a los familiares fallecidos que, se cree, cruzan al mundo de los vivos cada 2 de noviembre. Su origen se remonta a la época precolombina, a uno de los sacrificios más significativos de la cultura Azteca. Para dar una ofrenda a sus dioses, arrancaban el corazón de una doncella y lo metían en una vasija llena de amaranto; posteriormente, el oficial de la ceremonia comía una parte del órgano. Con la sangre derramada se hacía un pan, usando el amaranto tostado y molido.

Tras la conquista de los españoles, el postre se transformó. En esta receta, más parecida a
la actual, se utilizaba harina de trigo, el pan tenía forma de corazón y era espolvoreado con azúcar pintada de rojo. Al día de hoy se prepara con harina de fuerza, azúcar, mantequilla, agua de azahar, levadura fresca, ralladura de naranja, leche entera y una cucharada de sal.

Algunas de sus variedades: Oreo, relleno de nutela y de dulce de leche.
Algunas de sus variedades: Oreo, relleno de nutela y de dulce de leche.

Recetas clásicas y modernas

Mónica Flores Lugo y Ana Cecilia Pérez Rocamontes, fundadoras de Maria Petunia Bakery, explicaron que empezaron creando conchas rellenas y ante la aceptación de los clientes decidieron hacer lo mismo con el pan de muerto. Seleccionaron los sabores más comunes y “antojables”, como crema de avellanas y dulce de leche, sus ‘top sellers’. También tienen una variedad Oreo, inspirada en la nieve cookies and cream; de conejito Turín, a petición de sus clientes; de queso crema y zarzamora, se basaron en el pastel de frutos rojos que ya manejaban, y de crema pastelera, clásica en la repostería mexicana.

Mantienen viva la tradición y la modernizan con nuevos sabores.
Mantienen viva la tradición y la modernizan con nuevos sabores.

“Nos gusta hacer todo el proceso desde cero, desde una crema pastelera hasta las mermeladas. Buscar los ingredientes frescos, de calidad, usando siempre los mejores productos. Todo es artesanal en nuestra panadería y es un plus que nos avala, nos encanta elaborar cada pan con amor”, señalaron. Para Mónica y Cecilia, en un mundo que sigue creciendo, innovando y lanzando productos artificiales, tradiciones como esta te acercan a tus raíces y tus creencias. Poder vivirlas, que la gente disfrute del pan de muerto y recuerde su infancia o a sus seres queridos “es algo que nos satisface mucho”.

Si quieres probarlo, estará disponible hasta la segunda semana de noviembre.

“Creamos estos sabores para consentir los paladares de nuestros clientes. ¡Nadie se
puede negar a esta delicia!”

Emprendimiento

La idea de abrir un negocio surgió durante la pandemia, cuando tenían mucho tiempo
libre en casa. Decidieron ver opciones, buscaban algo que la gente siempre quisiera y tuviera antojo, así se inclinaron por la panadería y la repostería. Es un negocio creado con
mucho amor a la cocina. Les gusta innovar con nuevos sabores y productos; su menú cambia semanalmente para que sus clientes tengan disponibilidad de probar todo lo que manejan.

Todo su proceso es artesanal.
Todo su proceso es artesanal.

Cuentan con menús de temporadas y fechas especiales, como el Día de las Madres y San Valentín. “Nos gusta crear detalles especiales para nuestros seres queridos con el amor que transmite Maria Petunia”, afirmaron. A futuro les encantaría abrir un punto de venta para el consumo físico. Así sus clientes podrán comer un pan con una taza de café en un lugar cálido y acogedor mientras disfrutan el momento con familiares, amigos o pareja.
“Ahorita nuestro punto de venta es en Casa Bruna, una casa concept store con diferentes negocios, y estamos muy felices de estar aquí”.

• ¿Cuál es su variedad de pan de muerto favorita?

La verdad es muy difícil escoger, porque todos los sabores son muy ricos y antojables. En Maria Petunia somos dos paladares diferentes y resulta ser muy divertido, ya que para mí en particular (Mónica) me gustan más las opciones no tan dulces, como el de queso con zarzamora, y mi socia Cecilia es amante del cookies and cream.

El proceso de elaboración es un arte.
El proceso de elaboración es un arte.

• ¿Por qué las personas deben apoyar a los comercios locales?

• Para nosotras el consumo local es muy importante, ya que apoyamos directamente a
las personas. Es una forma de decir que todos estamos unidos, desde la compra de un
pan hasta ropa o cosas más caras. Es una forma de apoyarnos unos a otros e incrementar la economía local.

•Productos estrella: en esta temporada: pan de muerto / durante el resto del año: el cheesecake de manzana, el pastel de zanahoria y las donas de chocolate con nuez.

El mezclar y combinar sabores nuevos marca la diferencia en sus productos.
El mezclar y combinar sabores nuevos marca la diferencia en sus productos.

• Dirección: Casa Bruna Concept Store – Paseo de las Gardenias #824, San Patricio

• Horario: martes a sábado de 11 am a 7 pm

• Facebook: Maria Petunia Bakery

• Instagram: @mariapetunia_bakery

Mantienen viva la tradición y la modernizan con nuevos sabores.
Mantienen viva la tradición y la modernizan con nuevos sabores.

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Carolina García

Nació en Saltillo, Coahuila en 1995. Ama la lectura y narrar historias. Es licenciada en comunicación por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila. Participó en las antologías de cuento: “Imaginaria” (2015), “Los nombres del mundo: Nuevos narradores saltillenses” (2016) y “Mínima: Antología de microficción” (2018).