La Orquesta Filarmónica del Desierto, bajo la dirección de Natanael Espinoza, presentó un espectáculo único y emotivo titulado Cantaba la Muerte Sinfónico. Este performance músico-teatral fusionó la música tradicional mexicana con elementos escénicos y visuales, creando un ritual colectivo que celebra la vida y la muerte.
La cantante y performista Claudia Gutiérrez guió al público en un viaje sensorial donde la nostalgia, la risa y el recuerdo se entrelazaron con la fuerza de la música sinfónica. En escena, La Muerte apareció como una figura poética y festiva que invitó a reflexionar sobre nuestras raíces y el sentido de la existencia.
Previo al concierto, los asistentes disfrutaron una charla sobre el Día de Muertos y su vínculo con la música, además de una degustación de vinos coahuilenses y la exhibición de un altar diseñado por Cynthia Fuentes. La velada continuó en el lobby, con aperitivos y bebidas en una atmósfera festiva y emotiva que completó una noche inolvidable.
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