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/ 28 septiembre 2025

FLORES PARA COMER Y LEER

Un libro de Clarice Lispector revela la poesía y sensualidad de flores y hierbas, entre aromas, sabores y misterio literario.

Usted lo sabe: los libros tienen sus propios hados, sus propios y únicos duendes. Ellos nos buscan y llegan a nuestras manos, no lo contrario. Ellos nos encuentran, no nosotros a ellos. Una y otra vez eso pasa en mi vida. Le repito: no azar sino destino. Se ha ido cuadrando un puzle gastronómico donde he abordado reiteradamente plantas, hierbas, flores y tallos para cocinar, oler y disfrutar.

Y conste, soy el más alejado de ser herbívoro (bueno, vegano o como se le nombre). No se me da. Pero insisto, rueda rodando la vida y estas letras, en un viaje relámpago (ida y vuelta) a la ciudad de México y al pasar por cualquier librería en el aeropuerto, en su aparador estaba el siguiente libro: “De Natura Florum”, de la autoría de una de las mujeres más bellas y talentosas la cual existió aquí en la tierra: Clarice Lispector (de vida atormentada hasta el delirio y al límite, como buen genio. Murió un día antes de cumplir 58 años, pero antes, había casi muerto al arder viva en su recámara. Se durmió con un cigarrillo encendido en sus dedos y con una buena dosis de somníferos y alcohol en sus venas. Puf.

Al punto: el libro es un opúsculo bellamente editado para Nórdica Libros, tapa dura e ilustraciones bellas y siniestras. ¿Cuál es el tema? Como su nombre lo dice, un repaso poético bajo su prosa de alto impacto fino y macerado, de ciertas flores o hierbas las cuales forman y formaron parte de su mapa gastronómico y sentimental.

De la rosa escribe (son fragmentos): “Es la flor femenina, se entrega/ toda y tanto que solo queda/ la alegría de haberse entregado.../ Los pétalos tienen buen sabor en la boca, basta con/ probarlos...”

Del clavel escribe (son fragmentos): “Tiene una agresividad que proviene/ de cierta irritación. Las puntas/ de sus pétalos son respingadas/ y ásperas. El perfume del clavel/ es en cierta manera mortal./ Los claveles encarnados gritan/ con violenta belleza. Los blancos/ recuerdan el ataúd de una criatura;/ entonces su aroma se agudiza.·” ¡Caramba! Con semejante prosa y letras, el perfume del clavel es mortal, dice Lispector, dueña de libros perfectos y ahora, amada por todo mundo.

¿Hay flores o hierbas femeninas y masculinas? Sin duda. De la palma escribe: “No tiene perfume./ Se da altivamente, porque/ Es altiva, en forma y color./ Es francamente masculina.” ¿Hay flores las cuales dan alegría y otras invocan a la muerte? Mmh, dependiendo el país y su cultura. Lea lo siguiente de Clarice Lispector sobre el crisantemo: “Es de una alegría profunda./ Habla a través del color y de su/ aire despeinado. Es una flor que/ descabelladamente controla/ su naturaleza salvaje.”

Lea todos los libros de Clarice Lispector. Ella era de una belleza sin igual. Una esfinge viva y rotunda. Había poetas y hombres en general, los cuales jamás se olvidaron de ella con tan solo mirarla. Un poeta gringo de plano amenazó con suicidarse si ella no le hacía caso...

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Jesús R. Cedillo
por
Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete Premios de Periodismo Cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.
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