DISPOSICIONES INTERIORES Y EXTERIORES

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Hace unos días tuve la bendición de encontrarme con varias mujeres valiosas y empoderadas del grupo de ANSPAC. Y reflexionamos sobre la importancia de las disposiciones interiores y exteriores que solemos tener y cómo impactan estas en nuestras relaciones.

Y es que nuestro contacto en general con los demás depende absolutamente de las disposiciones positivas o negativas que tengamos. Es decir, como nos manejamos de adentro hacia afuera, de la mano de nuestras actitudes, gestos, reacciones y comportamiento.

Tan cierto el dicho… “De lo que esté lleno mi corazón, es de lo que va a hablar no sólo la boca, también la persona”. Es igual de importante reflexionar lo que reflejamos en nuestra comunicación verbal y no verbal. Que tanto estamos dispuestos, abiertos o cerrados en nuestras expresiones. Es necesario analizar cómo están mis disposiciones interiores para salir al encuentro del otro, porque antes de yo mirar hacia afuera tengo que mirar hacia adentro, y descubrir que es lo que habita en mi corazón.

Las disposiciones interiores se ven reflejadas en las respuestas de carácter y el manejo de emociones. Sería bueno preguntarnos…

  • ¿Cómo están mis disposiciones respecto a mis relaciones con otros y su manera de hacer las cosas (pareja, hijos, yernos, nueras, nietos, familia de origen…)?
  • ¿Cómo están mis disposiciones en mi relación de pareja?
  • ¿Qué he dejado de esperar, o en qué sigo viviendo en el reclamo? ¿Cómo me siento respecto al rencor, resentimiento, expectativas?
  • ¿Cómo me vivo? Me vivo en el reprocho, el enojo, la aceptación, el respeto, la compasión…

Las disposiciones exteriores se muestran al mirar cómo me suelo comportar con los demás. Qué actitudes me describen…

  • ¿Cómo vivo la amabilidad, gentileza, servicialidad, generosidad?         Dentro de mi comunicación no verbal suelo ser cálida, agradable, o más bien una persona seca, fria o distante.
  • ¿Cómo son mis reacciones y gestos en las situaciones familiares que se me presentan que son externas a mí? Suelo reaccionar respetando, aceptando la toma de decisiones de los hijos, o vivo en el chantaje o la manipulación.
  • Qué tanto soy asertivo al resolver los temas en los que difiero.
  • ¿Qué tanto estoy abierto a escuchar, a comprender nuevos puntos de vista, o es sólo mi opinión la importante?

Además de analizar mis disposiciones interiores y exteriores, sería bueno examinar cómo reacciono ante las diferencias o circunstancias. Pues en mi reactividad no sólo se muestra mi carácter, temperamento o personalidad… También se muestran mis carencias, mis necesidades afectivas, mis heridas, mis expectativas…

“Es que si hubiera hecho lo que está correcto…”, “Es que yo esperaba”,

“Es que me hicieron” …

Mientras más consciente seamos de que en nosotros está la realidad que vamos creando, más responsable nos hacemos de lo que damos a otros. Sea cual sea la realidad que tenemos, darnos pemiso de preguntarnos…

¿Qué puedo yo cambiar de esa realidad para darle un enfoque positivo?

¿Qué está en mi para tener una relación familar más sana?

¿Qué me falta aceptar de mi vida o mi realidad?

Nos toca atravesar como seres humanos experiencias de crecimiento, en ocasiones no tan agradables. Todas las relaciones humanas tienen su sabor y su sinsabor. No es fácil relacionarnos porque cada uno poseemos una realidad única, que aunque ante ojos de otros pareciera mal, es la mía y es válida.

Todos vivimos en el constante encuentro con los demás… contacto íntimo con familiares, amistades, colegas… y contacto indirecto con las personas que se cruzan en nuestra vida diaria. Recordemos que tenemos que trabajar en mejorar nuestras disposiciones para generar armonía en nuestras relaciones.

Para generar alegría y equilibrio, hemos de mirar y entender que nuestras actitudes son importantes para la felicidad que creamos. Sea cual sea la etapa en la que nos encontremos, hemos de aceptar que nuestra propia vida depende más de como tome yo las cosas, que de lo que nos suceda en el exterior, y que a mayor el equilibro y paz interior en mi persona, mayor la asertividad en todas mis relaciones.

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.