LA COCINA, LOS ALIMENTOS, EL VERBO

CEDILLO

Debido a la pandemia mortal la cual no se va y jamás se va a ir al parecer, el mundo se ha modificado todo. Los pocos o muchos humanos que quedarán  vivos (me incluyo, claro), habrán de nutrirse tal vez en otras fuentes, las cuales son diferentes a las cuales o en las cuales, yo me formé. Es el caso del medio editorial ya colapsado y no, no hay poder humano para restaurarlo. El daño ha sido brutal en materia de libros impresos, cierre de editoriales y sus principales o únicos puntos de venta: las librerías. Los sitios web de envíos de mercancía por compra de Internet, tienen siempre lo más vendidos, pero no así los mejores títulos. En fin.

Le digo, el daño es brutal en esta materia. Ya no hay libros, si de por sí era difícil conseguir ciertos títulos, ahora es imposible. Deambulando en algún bazar abierto en Monterrey, donde es posible conseguir desde un alfiler hasta una buena obra de arte perdida y empolvada, en su apartado de libros y revistas añejas, di con un libro el cual ya poco o nada recordaba: “La cocina verbal” de un escritor, Víctor Canicio. No hay ficha del autor en el libro, por lo cual no sé de qué nacionalidad sea. Es un libro de poesía publicado en 1989 en Fondo de Cultura Económica para una colección la cual fue y sigue siendo muy buena en su planteamiento y materiales seleccionados. “Cuadernos de la Gaceta.”

Los textos, los poemas son un maridaje entre escritura y cocina. Artes las cuales no se excluyen y sí se complementan y tienen afinidades sustantivas. El autor se vale de la cita erudita, los aforismos, los poemas en prosa, la cita erudita falsa y en fin, todos aquellos artilugios y armas que hacen de un buen chef o escritor, no uno del montó, sino alguien insoslayable con la pluma, la cacerola, la sal, la pimienta y la tinta. Van algunos fragmentos del mencionado libro, hoy inconseguible ya:

“La cocina es un acto de creación, pero detesto cordialmente su infraestructura, muy en especial fregar los platos. Admiro a los beduinos. Viven del pastoreo y del merodeo, repudian la loza y comen con las manos.”

“¿Sabía usted que, en vísperas de elecciones, los políticos manifiestan una grave adicción al jarabe de pico?”

“La paloma mensajera ahumada es una especialidad de la Cuenca del Ruhr, al sobrevolar la zona, la fuerte contaminación ambiental ahúma a la paloma y la devuelve a la madre tierra. Como dice McLuhan, el medio es el mensaje.”

Oso Soso fue, según un buen cuentecillo de este autor, el “inescrutable cocinero” del mítico indio “Toro sentado”, pero este cocinero, Oso Soso, es recordado en la historia de la humanidad porque sus platos y creaciones culinarias y él mismo, sólo hablaba y lo hacía en palíndromos. Su mismo nombre, un palíndromo, pues. Tres ejemplos de ello: 

“Las alas a la sal.” “Allo a la olla” (se prepara con los cuartos traseros de un caballo) y “Le asaba habas a él.”

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.