Entre el sueño y la vigilia; entre la imagen y la realidad
Agradezco que usted me lea y atienda estas letras dominicales. Un atento lector como usted que hoy me atiende, me comentó de que efectivamente, hay infinidad de citas sobre comida, gastronomía y claro, bebida, las cuales saltan a la menor provocación posible y en cualquier texto. Este amable observador me hizo hincapié en una larga cita, párrafos enteros sobre gastronomía y bebida en el célebre “Ulises Criollo” de don José Vasconcelos. Y usted lo sabe, fue Secretario de Educación de México y parte fundamental, para desgracia pues, en el suicidio de Antonieta Rivas Mercado en París, Francia. A la cual utilizó de manera muy “canalla”, según definió el historiador y escritor Francisco Martín Moreno. Pero es tema de otro texto en otro espacio. Pues decía: este amable y atento lector me comentó de “Ulises Criollo” y sus referencias en gastronomía y específicamente a las andanzas del maestro Vasconcelos en Piedras Negras e Eagle Pass.
Las recuerdo muy vagamente y no he encontrado el libro en mi biblioteca, prometo buscarlo y leerlo. Creo dejé su lectura a la mitad. Y esto es un grave defecto mío, leo muy poco a los escritores mexicanos como lo he comentado antes. De hecho, casi siempre ha sido así en mi vida. Pero a vuela pluma, recuerdo como retazos, varios textos donde la comida aparece con toda su potencia y olor. Pues sí, es el caso de “Ulises Criollo”, donde Vasconcelos habló del “lujo gastronómico” que era el comer en estas tierras fronterizas de Coahuila. Aquí, leo a vuela pluma pero prometo en posterior entrega transcribir la cita completa, se “aficionó” a pipianes, moles, sopa de garbanzos, arroz blanco, cocido y estofado de pollo, el cual era el plato de lujo de su abuelo.
Esto de tejer la literatura y la gastronomía, lo vimos en texto pretérito, es muy de escritores mexicanos del siglo XIX y principios del XX, lo revisamos usted y yo, cuando en entrega anterior apuntamos someramente y en clave de gastronomía, la novela de Manuel Payno, “Los bandidos de Río Frío” (Editorial Porrúa) y “Memorias sobre el matrimonio.” Y en este retazo, cómo no recordar el mejor texto de Carlos Fuentes, ya unido a la eternidad: “Aura.” Esta novela corta o cuento largo, como usted quiera, es una de las más hermosas y pulidas de la literatura latinoamericana, “Aura” cautiva con una narrativa bella y expresividad perfecta, a este texto no le sobran ni le faltan palabras. De tan corto e intenso, se lee de una sentada. Se disfruta para meses su lectura al recordarlo. Entre el sueño y la vigilia, entre la imagen y la realidad, transcurre el relato en una vieja casona del Centro Histórico del bello DF, específicamente en una calle agraciada como pocas, Donceles.
Para redactar y completar las memorias de un General tan fantasmal como sus protagonistas, un imberbe escritor es seducido por ¿una, dos? mujeres de dicha casona: una anciana y una musa, Aura, las cuales le darán de comer una y otra vez un platillo votivo… riñones hervidos.
Leamos las letras de don Carlos Fuentes: “Quisieras intervenir en la conversación doméstica preguntando por el criado que recogió ayer tus cosas pero al que nunca has visto, el que nunca sirve la mesa: lo preguntarías si, de repente, no te sorprendiera que Aura, hasta ese momento, no hubiese abierto la boca y comiese con esa fatalidad mecánica, como si esperara un impulso ajeno a ella para tomar la cuchara, el cuchillo, partir los riñones –sientes en la boca, otra vez, esa dieta de riñones, por lo visto la preferida de la casa…” regresaremos al tema de la gastronomía en las letras nacionales. Deme chance de leer y releer algunos textos, estimado lector.
EL AUTOR
Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.
