Hay veces en que el frío es tan intenso que se siente hasta en los huesos. Dormir con la temperatura perfecta puede solucionarse gracias a la elección de un buen cobertor.
En el mercado hay muchos tipos de cobertor, pero no todos convienen. Algunos son simplemente feos, otros pesados y algunos más pueden acumular mucho polvo y generar alergias. Veamos cuál puede ser el corecto.
Cobertor de pluma de ganso
No hay frío que se resista a la pluma de ganso. Un material extremadamente caliente. La gran ventaja es que éstos son muy ligeros. Además, hay tratos para que las plumas no piquen o se salgan. Para esto, hay empresas que muelen las plumas para que sólo se aproveche su calor.
Patchwork
Este tipo de cobertor se basa en la mayoría de sus casos en costuras hechas a mano. Por lo mismo, además de ser muy calientitos, también pueden ofrecer un gran diseño y resaltar tonos y texturas muy mexicanas.
Quilts
Este tipo de cobertores suelen ser muy delgados, pero bastante calientes. Hay de diferentes calidades. Incluso puede haber verdaderas obras de arte con detalles muy costosos.
Telas sintéticas
En caso de tener alergias o asma se recomiendan las mezclas sintéticas hipoalergénicas. Hay materiales muy desarrollados que superan la suavidad de algodón. Claro, de esto también depende el precio.
Relleno nórdico
Los cobertores que usan este tipo de rellenos de fibras de poliéster son geniales. Permiten controlar la cantidad del relleno. Así, se pueden cambiar dependiendo de la temperatura y de las estaciones del año.
Regreso a las colchas
Si ves que a pesar de ser invierno, no hace tanto frío, quizá lo mejor es regresar a las colchas. Éstas se caracterizan por no ser tan cálidas y sólo ser decorativas. Perfecto para darle mucho estilo a tu hogar.
