Con dos nominaciones para el premio Oscar, Michael Fassbender se ha convertido en uno de los actores favoritos (y más guapos) de Hollywood.
Antes de convertirse en Magneto, el gran villano de X-men, Michael Fassbender, debió vencer distintos retos para conseguir el papel del icónico mutante que Sir Ian McKellen ya había interpretado.
Una infancia llena de cambios
Nacionalizado como mitad alemán y mitad irlandés, Michael Fassbender con apenas dos años de edad tuvo que mudarse de su país natal Alemania a Irlanda con el resto de su familia. Años después abrieron un restaurante y desde los 16 trabajó como camarero ahí.
Las dudas de su familia
Michael siempre supo que quería dedicarse a la actuación, pero sus papás no lo apoyaron, ellos querían que fuera a la universidad. No fue hasta que tuvo 17 años y montó su propia obra de teatro que sus papás comenzaron a creer en él.
Un primer papel que no resultó como esperaba
Fue por Band of Brothers, una serie dirigida por el mismísimo Steven Spielberg, que Michael decidió mudarse a Los Ángeles. Pero a diferencia de lo que cualquiera creería, no lograba ser aceptado en ninguna otra audición, así que tuvo que regresar de nuevo a casa de sus padres y trabajar como camarero hasta que llegara la oportunidad.
Puertas que no abrieron fácilmente
Después de muchos intentos, por fin Fassbender logró obtener papeles en distintas películas, unos más grandes que otros, sin embargo todos importantes para su carrera. Por ejemplo, apareció en 300 al lado de Gerard Butler. O en Bastardos sin Gloria, una de las mejores películas de Quentin Tarantino.
El camino hacia la maldad de Michael Fassbender
Hasta el 2011 fue cuando el alemán por fin saltó a la fama gracias a X-men: Primera Generación. Interpretando a la versión joven de Magneto al lado de James McAvoy, Jennifer Lawrence y Kevin Bacon. Un reto difícil considerando la previa actuación de Sir Ian McKellen en el mismo papel. Muchos fans lo criticaron antes de que saliera la película, sin embargo al final todos terminaron amándolo.
Y los éxitos continúan…
A partir de entonces, Michael Fassbender no ha dejado de hacer películas; tanto así que ya ha sido nominado dos veces a los premios Oscar y se ha convertido en el favorito del director Steve McQueen, quien le ha dado la oportunidad de trabajar en películas de gran renombre como Shame y 12 años de esclavitud.