
La mamá perfecta sí existe y el que diga que no es porque no ha considerado los factores correctos para otorgarle dicho nombramiento, quizás ni ellas mismas se consideran acreedoras al título; sin embargo, es inaudito no reconocérselos.
La mamá perfecta es aquella que, al saber que en su vientre crecía una vida, se asustó, lloró y se estremeció por la gran responsabilidad que se avecinaba. También lo es aquella que con mucha ilusión, amor y estabilidad lo esperaba.
La mamá perfecta es la que alimenta a su bebé con leche materna, la que tiene muy bien estructuradas sus rutinas y no lo embracila tanto. También lo es aquella que le da el biberón a medianoche, la que se levanta y duerme con él durante el día y sus brazos son la única forma de calmar su llanto.
La mamá perfecta es la que se queda en casa a cuidar de su bebé. También la que sale a trabajar todas las mañanas y lo lleva a guardería.
La que en las tardes sale a jugar al parque, la que le compra muchos juguetes, la que no le alcanza el tiempo y lo hace en fin de semana.
La que los lleva a clases de natación, de baile y futbol; también la que los deja andar en bicicleta y jugar pelota con los vecinos.
La que no les presta el iPad a la hora de la comida y la que, con los aparatos electrónicos en la mesa, toma su café con tranquilidad.
La que los tuvo joven y tiene toda la energía por delante; la que los tuvo más grande y tiene más experiencia y paciencia.
La que les puede dar todo económicamente hablando y la que tiene más limitaciones y hace más sacrificios.
La mamá perfecta sí existe y es aquella que, con todo su amor, su esfuerzo y su entrega, busca el bienestar de sus hijos a sus posibilidades y circunstancias, la que cambió sus sueños por los de alguien más, la que cuida, abraza, enseña; la encargada de dar fortaleza, de guiar y formar.
El trabajo de una madre nunca termina, no hay reglas, ni horarios, ni manuales, ni fórmulas. Todo lo que se hace es a base de instintos, de sentimientos y uno que otro consejo y, aunque podemos mejorar y aprender con base en las experiencias, siempre seremos la madre perfecta, aún con todos nuestros errores e imperfecciones. Bueno, así lo considero yo, que veo a mi madre como la mejor mamá que me pudo tocar.
¡Feliz día de las madres!