GÜICHO Y MINA: UN ABANICO DE POSIBILIDADES

Renan de Haro.

Fotos: Alejandro Rodríguez

Renan de Haro y Cinthia Pulido unen los ingredientes mexicanos con técnicas extranjeras para aprovechar al máximo su riqueza.

La gente hace una pausa la primera vez que escucha el nombre: Güicho y Mina.

“¿Cómo?”, preguntan.

Güicho y Mina.

Son apodos. Son mexicanos. Es un restaurante ubicado en el centro histórico de Saltillo que concentra la historia con la diversidad de la gastronomía. Es atreverse y descubrir sin salir de los lugares que por décadas -o incluso siglos- han sido testigos del transcurrir del tiempo y las generaciones.

Renan de Haro y Cinthia Pulido encontraron uno de esos sitios: una casa con más de 100 años. Está ‘allá arriba’, sobre la calle de General Cepeda. Hay bicicletas frente a sus tres ventanas. Una tiene flores, se desbordan de su cesta.

Desde que cruzas el umbral, se distingue el patio al fondo, una barra, mesas rodeadas de plantas y luces que asemejan estrellas metálicas. A la derecha, hay un recibidor donde cuelgan escaleras y sarapes; a la izquierda, el primero de los cuartos interconectados.

Interiores del restaurante.
Interiores del restaurante.

Allí vivió una familia que aún recuerda dónde estaba el corral (ahora cocina) y el cuarto de la abuela (hoy almacén). La vida perdura en la memoria, pero también se proyecta en los espacios: no son silenciosos, son detonantes, sacuden, aguardan a que llegue un visitante que los recuerde tal cual eran. Así le ha ocurrido a comensales, como Armando Fuentes Aguirre “Catón”, que durante sus infancias jugaron en la casona y ahora regresan a comer y recordar.

Güicho y Mina son los padres de Cinthia, y tanto en su nombre como en su arquitectura querían mantener ese lazo familiar, ese estilo colonial, ese aire a San Miguel de Allende; pero sin dejar de lado lo contemporáneo. Solo podrían conseguirlo aquí, porque el centro es eterno: jamás, aunque pasen los años o lo crucen las personas, dejará de ser el centro. Es inamovible.

Se aferraron a él, a pesar de que les ofrecieron instalarse en el norte. Lo recorrieron, lo conocieron, escucharon sus historias. Deseaban esa esencia junto a su concepto.

Ingredientes y técnicas

México es uno de los países más ricos en variedad de ingredientes; sin embargo, cuando uno piensa en su cocina se remite a los tacos o los moles. En Güicho y Mina buscan aprovechar al máximo los productos nacionales con técnicas que Renan y Cinthia aprendieron a lo largo de su vida como cocineros. 

Renan lo explica y su emoción crece junto con las posibilidades. La cocina también es infinita, cambiante. Una zanahoria puede ser mucho más: se prepara confitada, rostizada, como puré; sus hojas se aprovechan para hacer clorofila; los tallos, en un escabeche.

“De ahí parte la creatividad: qué se puede acompañar, con qué se puede comer, cómo lo puedes cambiar, con qué lo puedes utilizar”, señaló.

Desde la infancia, Renan conoció la diversidad y el movimiento. Sus padres son de Nayarit y Sinaloa; él nació en Puerto Peñasco, Sonora, mas nunca vivió allí. Debido a que su papá trabajaba en la Armada de México, se mudaron constantemente, principalmente a costas. Creció en Ensenada, Baja California, hasta la preparatoria. Luego, viajó a Mazatlán, Sinaloa, para estudiar la Licenciatura en Gastronomía.

Tiene 16 años de experiencia y ha trabajado en restaurantes como Corazón de Tierra en Valle de Guadalupe,  Alcalde en Guadalajara y Máximo Bistrot en Ciudad de México, que están en la lista de los mejores del país y de Latinoamérica. También estuvo un año en San Sebastián, España, y viajó también a Francia y Japón. 

Aprendió que la cocina en Europa se centra en las técnicas: hacer infusiones, templados, horneados, ahumados, rostizados, confitados; en cambio, México son sus ingredientes y sus especias.

Ingredientes.
Ingredientes.

Descubrir al saltillense 

¿Cómo es un saltillense? ¿Qué come? ¿Por qué? ¿Cuáles son los sabores a los que su paladar está acostumbrado? Y, sobre todo, ¿sería capaz de aceptar algo nuevo, de experimentar? Renan y Cinthia buscaban esas respuestas y por eso eligieron Saltillo: querían hacer una diferencia y abrir el abanico de posibilidades.

Para ello crearon dos menús: el fijo -que incluye sabores mexicanos tradicionales como el mole, pipián, enchiladas, huaraches, pozole, sopes, aguachiles, ceviches, sopas- y los especiales. Es a través de ellos que impulsan a los comensales a probar algo nuevo. Algunos tienen tanto éxito, que migran a la carta permanente, como el risotto

“Lo puse un día de especial, con camarones, y a la gente le gustó. Cuando lo quité de los especiales, la gente vino y preguntó por él”, contó.

Les caracteriza su dedicación y compromiso con la calidad y el sabor de sus platillos. Es un trabajo exigente, con jornadas de 14 o 15 horas. Renan lo demostró: nos llevó a la cocina, allí preparaban una reducción a base de huesos, verduras y rostizado en una olla de 60 litros, de los cuales obtienen únicamente 4 litros para sazonar sus carnes y salsas, tras un proceso que tarda hasta 72 horas. 

Sus mariscos y pescados los traen desde Ensenada, otros ingredientes provienen de Monterrey y el resto son locales. Cuentan con un huerto en Arteaga, donde cultivan su cilantro, y poseen gallinas, cuyos huevos son 100 por ciento orgánicos.

Abrieron sus puertas sin promocionarse y ese primer día tuvieron solo una mesa. El resto de su historia se escribió por las voces de los clientes, quienes recomendaron el restaurante con sus amigos y conocidos. Sin embargo, escuchar fue igual de valioso. Durante sus inicios, Renan y Cinthia tuvieron contacto directo con ellos porque además de cocinar, ‘mesereaban’. Así desentrañaron, poco a poco, el misterio del paladar saltillense.

Renan de Haro.
Renan de Haro.

“Ya los entiendo, ya sé qué opinan, qué quieren, cómo son”, aseguró. 

Esa labor continúa, es una lucha constante por reinventar e invitar a los comensales a la aventura. Una búsqueda que los hizo a ganarse la Presea al Mérito Restaurantero 2022 de la CANIRAC en la categoría de Mejor Cocina de Autor.

Anatomía del platillo

Sopes de chicharrón prensado.
Sopes de chicharrón prensado.

Sopes de chicharrón prensado

  • Chicharrón prensado: está hecho con chile guajillo y tomatillo
  • Frijoles negros refritos
  • Ensalada: rábano, cilantro y repollo, su frescura contrasta con la grasa del chicharrón
  • Salsa de orégano, chile de árbol y tomate: es similar a la que lleva la torta ahogada
  • Salsa martajada: tradicional, con tomate, cebolla y cilantro, asada al carbón
  • Crema
  • Queso cotija
Rockot al ajillo con chips de ajo y ensalada fresca de tomate y pepino.
Rockot al ajillo con chips de ajo y ensalada fresca de tomate y pepino.

Rockot al ajillo con chips de ajo y ensalada fresca de tomate y pepino

  • Rockot: pescado de profundidad y graso típico de Baja California.
  • Ensalada: tomates cherry, pepino, cilantro, hinojo, bulbo rasurado y rábano
  • Chips de ajo
  • Limón
  • Vinagreta
  • Salsa de ajillo: hecha con ajo, chile guajillo, mantequilla, limón, sal y pimienta

Bebidas

Vodka paraíso.
Vodka paraíso.

Vodka Paraíso: licor de fresa, vodka, limón. Se decora con rodajas de fresa. Es refrescante, ligero y dulce.

Martini verano.
Martini verano.

Martini Verano: licor de cereza, licor de curacao azul, crema de poco y tequila blanco. Lleva una cereza en el fondo.

Fachada de Güicho y Mina.
Fachada de Güicho y Mina.

Dirección: General Cepeda #351, Zona Centro

Horarios

Lunes a martes de 1:30 pm a 10:00 pm

Jueves a sábado de 1:30 pm a 10:30 pm

Domingo

Desayunos y brunch de 10:30 am a 1:00 pm

Comidas de 1:00 pm a 4:30 pm

Redes sociales

@guichoymina

www.guichoymina.com

Carolina García

Nació en Saltillo, Coahuila en 1995. Ama la lectura y narrar historias. Es licenciada en comunicación por la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Coahuila. Participó en las antologías de cuento: “Imaginaria” (2015), “Los nombres del mundo: Nuevos narradores saltillenses” (2016) y “Mínima: Antología de microficción” (2018).