FIN DE LA PANDEMIA

En el año 2020, dediqué varias columnas a escribir sobre la pandemia. Aproveché este espacio para desahogar mis miedos, mandar un mensaje de esperanza, solicitar apoyo, recordar todas las medidas de seguridad.

Para mí, no había tema más importante que escribir sobre el coronavirus (como lo llamamos inicialmente) y creía que era necesario poner mi granito de arena en esos momentos tan difíciles.

Hoy, después de aproximadamente tres años de vivir en estado de alerta, vuelvo a tocar el tema en estas líneas para compartir que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado el fin de la emergencia sanitaria por COVID-19. Esto no quiere decir que el virus esté extinto, sino que ya no es considerado emergencia. Sin embargo, las medidas preventivas, como el uso del cubrebocas en lugares con mucha afluencia y en hospitales, seguirán siendo recomendadas.

Cuántas cosas han pasado en estos últimos años, cuánto hemos vivido desde aquel marzo del 2020 cuando el mundo se detuvo y la enfermedad se apoderó de nosotros.

Los que estamos hoy aquí somos sobrevivientes de una pandemia brutal, en la que aproximadamente 10 millones de personas en el mundo perdieron la batalla, y a muchas más las secuelas del virus aún afectan sus actividades diarias.

Cuántas historias de vida, anécdotas, aprendizajes, momentos desafortunados y, ¿por qué no?, también afortunados.

Somos testigos del dolor, la angustia, la tristeza, el agradecimiento, las despedidas, encuentros y desencuentros. De una vida totalmente diferente a la que acostumbrábamos, de los días de total confinamiento y la cuarentena obligatoria.

Definitivamente no somos los mismos, primero por todas las pérdidas humanas, la crisis económica y los grandes cambios en la forma de relacionarnos, trabajar, estudiar y divertirnos.

Como dicen, esto no termina, pues queda en nosotros un antes y un después, momentos que nos marcaron y el aprender a vivir con muchas preguntas y pocas respuestas. Así que hoy, a pesar de todo lo malo que sucedió en esos años, también debemos valorar los aprendizajes y buenos momentos que se vivieron, pues la unión y el apoyo entre todos los seres humanos fue increíble.

Gracias a cada una de las personas que directa e indirectamente salvaron una vida, hicieron sonreír a una persona en soledad, tuvieron un gesto amable con alguien que la pasaba mal. Fueron esas acciones las que daban fe y esperanza a la humanidad.

Esperemos que la vida no nos vuelva a sorprender con algo tan fuerte como esto y que lo aprendido permanezca y trascienda a las nuevas generaciones. Hoy se puede decir que la pandemia por COVID-19 ha terminado.

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.