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/ 20 julio 2025

EL SENTIR DE LOS VINOS

Hombres y mujeres viven el vino de forma distinta, pero al final lo importante es brindar, disfrutar y dejarse seducir. ¡Salud!

Hola. Ya estamos en julio, con unas buenas lluvias y unos buenos deseos de tener un agradable clima para este mes. En uno de mis viajes estuve entendiendo el por qué las reacciones —tanto positivas como negativas— de quienes comienzan a beber vino.

Tanto hombres como mujeres comparten inquietudes similares. Lo noto en los correos que recibo en maestrodevinos@hotmail.com y en los centros de consumo que visito para dar capacitaciones. Uno de esos casos me inspiró especialmente para escribir esta columna: una lectora asidua me contó que, durante una comida con su esposo, no lograban ponerse de acuerdo sobre qué vino tomar. Ella prefería rosado, él tinto, y así pasaron buena parte de la velada, sin decidirse.

La señora decía que vino rosado, el señor que tinto. Lo importante de esta situación, es que ocurre a diario en muchos restaurantes. Se pueden tener diferentes percepciones de los vinos y de los sabores.

Vamos a documentarnos un poco. Un estudio que se realizó en la universidad de Milán, dice que hay muchas personas que no sienten que haya vinos exclusivos para las mujeres y vinos para los hombres. Aunado a eso, mientras los hombres tienen otras orientaciones diferentes con los vinos, la mujer generalmente comenta que sí le gustó o no le gustó.

Vamos a desarrollar el tema más a fondo. El hombre muestra un marcado interés por las variedades, las regiones, los orígenes del vino, la puntuación de los vinos y el rango de calidad aunado al precio. La mujer, en cambio, se seduce por las sensaciones y por el aroma.

Ese néctar es un catalizador de placer, y la verdad, si se sabe elegir bien, la velada se convierte en algo mágico y sin precedentes. Ya sea una comida de amigos o una cena romántica.

En estas cuestiones de los vinos, las mujeres están más atraídas por las emociones sociales o las relaciones que se van generando en torno al vino; el paladar de los hombres es mucho más complejo que el de la mujer. Ella se centra más en la etiqueta, si es colorida y bonita o no, en el aroma o la nariz, y si le gusta y está rico o no.

No existen vinos exclusivos de hombres y vinos únicamente de mujeres, así desterramos el mito que a ellas les gustan los vinos suaves dulces o ligeros. Aunque parezca una utopía, los hombres son los que buscan estos tipos de vinos; las mujeres actualmente buscan tintos con una personalidad más elevada, más marcada, con buena textura y sabor.

Las evidencias son altas de las mujeres que poseen mayores aptitudes para percibir los aromas; cuando a nosotros los hombres, se nos escapan los vinos perfumados, las mujeres son mucho más receptivas y se dejan seducir por los aromas del vino. En boca, los hombres buscan vinos más sencillos y equilibrados, y la mujer busca un vino que quede grabado en la memoria. Y claro, que sea muy expresivo.

Como verán, aquí está la guerra de los sexos, donde los sabores de un vino —no importa cuál sea su origen— el hombre lo paladea, lo ve , lo degusta y lo siente de una forma. En cambio, la mujer lo disfruta y lo vive de otra manera completamente diferente.

Y para concluir este artículo, que más allá de las diferencias la idea de esto es que puedan disfrutar, cada quien a su manera de unas buenas copas de vino y dejarse llevar por toda esa magia que trae aparejada.... ¡Salud! Y hasta la semana que viene.

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