DÍA DE LA MUJER

MARIANA CABELLO

El 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, un movimiento que toma más fuerza año con año, cuyo objetivo es promover la igualdad, la justicia y el respeto hacia la mujer, eliminando las prácticas machistas y la violencia de género.

El 8M busca alentar a las mujeres a alzar la voz y denunciar cualquier tipo de abuso, tanto físico o sexual como emocional.

Es un día también para recordar a todas aquellas víctimas que han sufrido algún tipo de opresión y a las que lamentablemente les arrebataron la vida.

Cada vez son más las instituciones, las comunidades y las personas que se han sumado a la causa, que muestran datos, cifras e información para juntos erradicar estas prácticas, pues la educación de las nuevas generaciones y la reeducación de la sociedad son unos de los principales factores para el cambio.

Se dice que este día no es una celebración, que las flores y los detalles no son permitidos; sin embargo, para mí es importante reconocer y engrandecer a todas las mujeres, sean o no parte del movimiento feminista, hayan sufrido algún tipo de acoso, callado o denunciado.

Hoy yo aplaudo a todas las grandes mujeres, las celebro y las admiro, porque cada historia de vida es digna de reconocimiento.

Comprendo a las que, por miedo, han callado, por temor han llorado en silencio y en soledad luchan por salir adelante. A cada una de ellas, que no conocen el valor de su persona, que no tienen acceso a la educación y que creen que es normal un mal trato.

Aquellas que piensan que no tienen derechos, pero sí obligaciones como mujer.

Y también propongo voltear a nuestro lado y engrandecer a todas las mujeres que nos rodean y que son parte de nuestra vida. Agradecerles el apoyo y el sostén que son para seguir en la búsqueda de nuestros sueños e ideales.

Porque todas tenemos una abuelita, una mamá, una tía, una amiga, una hermana que nos ayuda con nuestros hijos para salir a trabajar, que escucha nuestros problemas y nos da una posible solución, que nos presta sus manos para realizar alguna labor y nos seca las lágrimas con su corazón.

Porque estoy segura que juntas, al hacer una cadenita, podemos lograr grandes cambios, de esos que empiezan con acciones tan pequeñitas y mucho amor propio.

Infórmate, pasa el mensaje, predica con el ejemplo. Inspira, agradece, empodera, encamina, lucha desde tu trinchera y con tus fundamentos.

Y, como todo, la revolución del feminismo y del verdadero cambio empieza en casa, con tu gente cercana y dando el ejemplo.

¡Feliz día de la mujer!

Mariana Cabello

Mujer apasionada por encontrar un propósito en la vida. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Enamorada de las letras y del sentimiento que provoca el transmitir ideas, expresiones y conocimientos.