Estos consejos te ayudarán a poner ‘en forma’ a gus hijos y prepararlos para los exámenes con toda la energía que necesitan.
Aliméntalos bien
Alimentarse de forma sana y no saltarse las comidas. Para que tus hijos tengan la energía necesaria a la hora de ponerse a estudiar deben alimentarse de manera saludable e hidratarse bien. Su cuerpo y su mente lo agradecerán. Así, su dieta debe primar alimentos nutritivos como las frutas, las verduras, las legumbres, la leche, el pescado y los huevos. Y dejar fuera otros que aportan muchas calorías y pocos nutrientes, como los alimentos ricos en grasas y los dulces. Es importante que no se salten ninguna comida (¡el desayuno es fundamental!), y que éstas sean moderadas. Así no caerán en la tentación de dormirse frente al libro tras una copiosa comida ni de picar entre horas.
Ponlos a descansar
Es recomendable que tus hijos duerman entre ocho y diez horas. Así se levantarán con la mente despejada y lista para aprender cada mañana. Si les cuesta conciliar el sueño, recomiéndales que realicen una tarea relajante, como darse un baño, leer o escuchar música. Las horas de sueño ayudan a fijar los conocimientos y permiten que la mente funcione de manera ágil.
Haz que se ejerciten
Realizar algún deporte o actividad física aporta numerosos beneficios a tus hijos. Les ayuda a estar en forma, a relajarse, a estar de mejor humor y a mejorar su rendimiento académico.
Acondiciona su espacio
Es fundamental proporcionar a tus hijos un lugar de estudio adecuado que les permita concentrarse con facilidad. Este debe ser tranquilo, silencioso y estar alejado de distracciones. Es recomendable también que apaguen el celular, de modo que las notificaciones de las redes sociales, los SMS o whatsapps no perturben su estado de concentración. Asimismo, intenta liberarles de sus preocupaciones cotidianas, de modo que no afronten el estudio atribulados.
Motívalos
Si tus hijos afrontan el estudio motivados, les resultará mucho más fácil obtener buenos resultados. Tú puedes ayudarles a lograr la motivación que necesitan proponiéndoles pequeñas metas, reconociendo el trabajo bien hecho o premiando sus logros. Además, también puedes enseñarles a planificarse, y recordarle que estás para ayudarles siempre que lo necesiten.