A pesar de las usamos todos los días, pocos nos ponemos a pensar en el origen de los diseños de las monedas mexicanas
Recientemente se hizo viral un secreto que ocultan las monedas mexicanas. Éste tiene que ver con nuestra raíces indígenas. Específicamente con el Calendario Azteca, al que también se le conoce como Piedra del Sol o Jícara de Águilas. Fue descubierto en lo que hoy en día es el Zócalo de la Ciudad de México el 17 de diciembre de 1790.
Lo que sorprendió a cientos de usuarios de redes sociales fue descubrir que en las monedas de 10, 5, 2 y 1 peso se encuentran partes del calendario azteca. Resulta que con sólo 18 pesos podemos formarlo por completo.
El centro del calendario lo ubicamos en la moneda de diez pesos. En ella, podemos apreciar el rostro de Toantiuh, el dios del sol en la mitología mexica. Representaba al amo y señor de los cielos, así como al creador de todos los fenómenos de la naturaleza.
El anillo exterior se encuentra en la moneda de cinco pesos. Allí aparecen dos serpientes de fuego, que representan los cincuenta y dos ciclos anuales que conforman un siglo mexica.
La moneda de dos pesos evoca los 20 días del mes azteca o Tonalpohuali, pero en ella sólo aparecen 10 de los 20 pictogramas que existen.
Por último, en la moneda de un peso hallamos el anillo del resplandor, que representan el año azteca o Tonalamatl, compuesto de 260 días. Los sacerdotes lo utilizaban para programar los sacrificios, para sus actos de adivinación, para asignar nombres a los niños que nacían y para regir las actividades agrícolas.
Si las juntamos, quedarían así:
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