
Elegante, femenina y colorida, es el espíritu y la visión de la muerte en México, que también es motivo de fiesta.
FOTOS: IRAM LÓPEZ
Con información de Milenio, México Desconocido, Vogue y Secretaría de Bienestar.
Ícono del Día de Muertos, La Catrina es un esqueleto de mujer que porta elegantes vestidos y a veces sombreros de diseños barrocos, llenos de colores, flores, plumas y lazos. La puedes encontrar en altares y cementerios o incluso caminando por las calles, encarnada por las mexicanas durante esta época.

Samantha Garibay entró en los “huesos” de este personaje con ayuda del talento y arte de la maquillista Ismenia Flores, mientras que Iram López se encargó de capturar la belleza de La Catrina con su lente.
No temas a la muerte, celebra la vida y ¡adéntrate en la historia de esta figura emblemática!

La relevancia cultural de la calavera proviene de la época prehispánica, desde el Tzompantli un muro hecho de cráneos humanos con fines ceremoniales hasta Mictlantecuhtli, el señor de Mictlán, quien era representado como un esqueleto.
Antes de La Catrina, existieron las calaveritas literarias, textos en verso que hacían crítica social a las desigualdades e injusticias que vivían los indígenas, los mestizos o los españoles pobres. Estas solían acompañarse de dibujos de esqueletos y cráneos, y se publicaban en los llamados “periódicos de combate” durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz.
El grabador y caricaturista José Guadalupe Posada (1852-1913) retrató con sus calaveras los problemas y alegrías del pueblo mexicano durante el Porfiriato. Fue en una de sus obras que nació este personaje, en 1912.
Su nombre original era “La Calavera Garbancera”, se publicó en un periódico hasta noviembre de 1913 -10 meses después de la muerte del artista- como una crítica a los indígenas que empezaban a vender garbanzos en lugar de maíz y despreciaban su propia herencia y cultura al pretender ser europeos. También retrata la pobreza de los mexicanos, pues la calavera está “…en los huesos, pero con sombrero francés con sus plumas de avestruz”.
Sin embargo, no fue hasta 1947 cuando Diego Rivera la convirtió en lo que es hoy en día al incluirla, vestida como dama de la alta sociedad, en su mural “Sueño de una tarde dominical en la alameda central”, donde plasma la historia de México y su gente ilustre.
Se le bautizó como La Catrina porque así se les llamaba (catrín o catrina) a quienes vestían con atuendos de gala.
En la obra, aparece con un vestido largo y un sombrero, además de una estola de serpiente emplumada, la cual representa a Quetzalcoatl. La lleva del brazo José Guadalupe Posada y a su lado también se encuentran Diego Rivera de niño y Frida Kahlo.
Modelo: @samygariibay
Maquillaje: @ismeniaflores_makeupartist
Fotografía: @iram.lopez.fotografo
Samantha Garibay, 18 años
¿Qué valor tiene para ti la figura de La Catrina?
Para mí es una de nuestras tradiciones más significativas de nuestro México, es lo que simboliza el Día de Muertos.
¿Por qué es importante preservar la tradición del Día de Muertos?
Son nuestras raíces mexicanas. Es recordar a los seres queridos que ya se nos adelantaron y que siguen en nuestros corazones, es una manera de recordarlos aunque nunca los olvidaremos. El Día de Muertos es un homenaje para ellos.