¡BRUNCH RECARGADO!

JESÚS R. CEDILLO

Con pandemia o sin pandemia, la vida aprieta en la ventana. A estas alturas de nuestra vida, ya no hay lugar para paños tibios, ni medias tintas. Es todo o nada. Es disfrutar (responsablemente) con todos los sentidos. Incluyendo el sexto, claro. Y contra lo que usted pueda suponer, señor lector, el sexto sentido no es nada del otro mundo, ni es oculto. Es algo sencillo y primordial: es el “estar.” El estar vivos aquí y ahora. Y si usted está vivo, pues a disfrutar, estimado y querido lector, con todos los sentidos.

Ha llegado la primavera y su ola de calor ingobernable. Bueno, también los resabios de un tardío invierno que ahora fue muy ligero y benigno con nosotros. Pero los días de calor y sol del desierto le ganan la tirada de naipes a los días grises y lerdos del invierno. Y si hace calor, nada más agradable y refrescante que ver pasar la mañana sobre nuestras cabezas en el solariego patio del mítico restaurante “Don Artemio.”

En un par de ocasiones anteriores, y en este mismo espacio, le platiqué de un proyecto ya acreditado al día de hoy: el “Brunch de fin de semana”, que aquí se sirve sábados y domingos. El proyecto es idea y obra de los jóvenes emprendedores Sofía Cárdenas (no Helena de Troya, sino Sofía de Saltillo; bella como Helena, la dorada, quien provocó una guerra por su belleza, batalla que aún hoy resuena en nuestros oídos, ojos y memoria) y por el joven Rodrigo Cárdenas (le he motejado como “Rockdrigo”, debido al placer de este por dos pasiones en su vida: la cocina y el tañer la guitarra). Rodrigo es el chef en jefe para este proyecto especial.

Pues bien, no obstante que el “Brunch” ya es un éxito de clientes, buen ambiente, platillos y bebidas de linaje escogido, hace poco fui a disfrutar del mismo mediante la generosa invitación del abogado, quien es el que más sabe sobre derecho electoral y elecciones en el Norte de México, Gerardo Blanco Guerra. ¿Motivo de tertulia y alimentos? Uno solo: disfrutar la vida, las bebidas y los alimentos. Y claro, la amistad acerada que nos une.

Quien esto escribe estaba a punto de decidirse entre dos platillos, los cuales son mis favoritos: “Huevos benedictinos” con salsa holandesa montados sobre un bísquet con prosciutto, o bien pedir “Los molletes del chef”, elaborados con el chorizo artesanal aquí producido que tarda meses en madurar y estar en su punto, cuando en el umbral de la puerta entró la bella Sofía Cárdenas, radiante como un sol.

Ataviada con la mejor de sus sonrisas, preguntó a la mesa: “¿Ya saben de nuestros nuevos platillos del Brunch, ya los pidieron?” Insisto, si al proyecto, que tiene apenas meses y ya muy acreditado, usted le agrega que este par de jóvenes no están contentos con nada y se innovan una y otra vez tendrá en su paladar un brunch recargado. A saber, los tres nuevos platillos que vinieron a enriquecer su ya de por sí rico menú: algo muy norteño, “Chilaquiles con chicharrón”; un “Grille cheese sándwich” acompañado de crema de jitomate rostizado (un manjar, la verdad) y una creación culinaria salida de su fogón medieval: “Tamal de cerdo confitado” con un huevo pochado, frejoles y salsa de chile güero.

Señor lector, el mundo, luego de esto, se agradece que Dios lo haya creado para nosotros los vivos, los que estamos hoy y aquí. El estar. ¿Notó que el chef de sabor huracanado, Juan Ramón Cárdenas, no aparece en esta breve reseña? Sus hijos, el relevo generacional, lo han desplazado en este proyecto. Así las cosas.

Jesus R. Cedillo

Escritor y periodista saltillense. Ha publicado en los principales diarios y revistas de México. Ganador de siete premios de periodismo cultural de la UAdeC en diversos géneros periodísticos.