Llegamos a esta ciudad a las 19 horas sin saber en qué hotel nos hospedaríamos, de hecho, y de manera frecuente, no planeamos a detalle los viajes y nos permitimos disfrutar más la aventura del día a día, y así nos hemos sorprendido de la cantidad de personas, situaciones y bendiciones que la vida nos tiene preparadas cuando estamos abiertos a recibir.