Reflexionando mi 2016 a profundidad

Tu visión será más clara solo cuando voltees a ver tu corazón. Aquél que busca afuera, sueña; aquel que busca adentro, despierta” Carl Jung

Llega diciembre y con él la inevitable culpa de las dietas incumplidas, los proyectos rezagados, los propósitos que no llegaron a convertirse realidad y los pendientes que nos atormentan. Se ve venir el término de un ciclo, de un año, y dentro de este cierre, es fundamental mirar de forma consciente lo que aprendimos y nos hizo crecer. El reconocerlo y escribirlo, nos permite comprender, agradecer, valorar y cerrar. Es necesario mirar nuestras propias alegrías, sombras, dolores, aprendizajes, y ver lo que hemos estado reflejando.

Tendemos a ver las cosas como somos. Nuestra percepción es también un reflejo de cómo nos vemos a nosotros mismos, es decir, si vemos negatividad en todo y lo reflejaremos. Así que ¿Te gusta la persona que eres? ¿Te sientes satisfecho con la forma en la que viviste este 2016? ¿Qué reflejaste? ¿Cómo lo viviste? ¿Qué cosas quisieras cambiar a partir de hoy? De eso que no te gustó… ¿Qué aprendes y decides hacer diferente ahora? Reflexionar mes a mes lo que aprendimos nos ayuda a comenzar el año que viene con fuerza.

Este repaso nos ayuda a analizar cuáles fueron nuestras actitudes con las personas que compartimos, a quién nos falta agradecer que nos acompañó en esos buenos o malos momentos. El hacer nuestros esos aprendizajes nos genera agradecimiento, confianza en nosotros mismos y responsabilidad. Te invito a reflexionar mes a mes con qué te quedas ¿Qué vivencia te marcó? ¿Qué agradeces? ¿Qué aprendiste? De esa forma verás de forma concreta qué pasó en este 2016.

Lo reconoces, lo miras, lo agradeces y lo dejas ir, quedándote con las experiencias en tu interior. Atrévete a escribirlo en un papel, eso ayuda a que tu cerebro digiera ese hecho y de forma inconsciente cierre esos eventos. Puede ser una vivencia, viaje, plática, convivencia, aprendizaje, persona, etc.

No hay algo definido, pero intenta recordar algo que viviste en ese mes. Si puedes recordar a mayor profundidad que aprendiste o con que te quedas, maravilloso. – “Gracias enero, porque me diste ___________ y me permitiste ___________” – “Gracias febrero, porque aprendí___________, esto que viví me hizo _________” – “Gracias marzo, me llevo profundamente esto __________” – “Gracias abril, _____________ me siento __________ de esta experiencia” – “Gracias mayo, porque tuve la oportunidad de __________” “Gracias junio, porque pude realizar esto en familia __________” – “Gracias julio, por esta experiencia que viví ________ _____________” – “Gracias agosto, me siento feliz de haber experimentado _____________” – “Gracias septiembre, _____________” – “Gracias octubre, por las oportunidades de convivir con _____________” – “Gracias noviembre, por estas dificultades __________ pero que me hicieron crecer en _____________” – “Gracias diciembre, _____________, hoy tomo todas las experiencias que he aprendido en este año, todos los gozos y dolores y me quedo con todo lo que me nutre. Gracias por el gozo y el dolor. Me perdono y te perdono.

Hoy tomo mi presente y suelto lo que ya no es mío.” El visualizar todo lo que recibimos, desde contemplar un atardecer, las oportunidades que tuvimos, el dolor, lo que trabajamos, las personas que amamos, a los que pudimos ayudar… Todo nos conecta con nuestra sensibilidad y abre la puerta del agradecimiento.

Perdónate por cada cosa que no hiciste y reconoce que ya no es, pero que hoy tienes otro día, otro mes, otro año y otra oportunidad para dar eso, vivir eso que tanto anhelas y dejar de postergar tus sueños. “Se agradecido por lo que tienes, terminarás teniendo más. Si te concentras en lo que no tienes, nunca, nunca nada te será suficiente”

Marijose César

Mamá, esposa, terapeuta y coach Internacional por la Escuela Internacional de Coaching en España y en New York University, Certificada en Superar pérdidas emocionales por The Grief Recovery Institute. Experta en Comunicación asertiva.