Pascal Ausseur: empatía por nuestros hermanos

“Entre más amor das, mejores estás”, esta frase no tiene ningún trasfondo romántico, sino uno social y humanitario. Pascal Ausseur, promueve en sus alumnos la empatía y dignificación de los migrantes. Te invitamos a conocer esta noble labor.

Texto: Arian Esquivel 

Fotos: Luis Castrejón

Video: Omar Ibarra 

Tal como narra el escritor mexicano Antonio Ortuño en su libro ‘Fila India’, las personas que se aventuran en una migración se enfrentan a muchas dificultades.
El autor dice: “Hondureños, nicaragüenses, salvadoreños, costarricenses se montan en la bestia, ‘esta es la primera clase, compa. Malo irse arriba’. Toman sus pocas pertenencias, las cuales les serán arrebatadas durante el viaje, las mujeres serán violadas y si algún valiente se opone, no dudaran en arrojarlo del tren, matarlo y lanzarlo a una zanja, todo queda en la impunidad, en el olvido, como quien tira basura a la calle, la llamada de atención solo lo orilla a no hacerlo mientras los demás lo ven”.
Ésta es la realidad que pocos conocen y pocos creen y la cual Antonio Ortuño la muestra en su libro Fila India, un aporte desde su trinchera.


Cientos de personas en todo el mundo se preocupan por la deshumanización que existe alrededor de la migración, pocos se animan a entenderla y generar un cambio.
Hoy, en Domingo 360. te presentamos a Pascal Ausseur, una mujer de origen francés que busca se genere en sus alumnos del Tecnológico de Monterrey, campus Saltillo, una empatía por el valor humano.

De Francia a México
Pascal Ausseur migró hace 25 años a México, hoy tiene 51 años de edad. En Francia, Pascal descubrió que tenía la obligación moral de ayudar a las personas a respetar sus derechos, a ser consideradas como humanos, a ser un brazo de apoyo para los migrantes que buscan seguir sus vidas con dignidad.
“Hace 25 años, cuando yo estaba en la edad de estos muchachos (16-18 años) trabajaba con migrantes en Francia, porque para mí todos los seres humanos debemos tener las mismas oportunidades”, comentó Pascal.


Para entender lo que esta profesora defensora de la dignidad expresa, primero tenemos que entender el fenómeno de la migración en el mundo; un fenómeno complejo y multifacético. No es algo nuevo. Cruzar las fronteras ha sido una experiencia conocida prácticamente en todo el mundo y todos los tiempos. El ánimo de moverse de un lugar a otro para conocer nuevas culturas es inherente al ser humano; en muchos casos para escapar de sus lugares de nacimiento, simplemente por el hecho que es imposible vivir ahí La migración siempre deja una huella indeleble en la vida de cada sujeto que la experimenta, y según Pascal a cada uno nos toca apoyar a estas personas, por la simple razón de que son como nosotros.
“Todos somos uno, todos tenemos las mismas oportunidades y debemos comprender que sin importar el color o nacionalidad todos nos debemos un respeto”, explicó Pascal Ausseur.

A los 26 años, con la idea de estimular la dignidad humana, Pascal Ausseur viaja a nuestro país, para sumarse así a las estadísticas anuales de migración en el mundo. Ya en México, para generar un ingreso, Pascal se dedicó a dar clases de francés en el Instituto Tecnológico de Monterrey, campus Saltillo.

Acá Ausseur hizo su vida, se casó, tuvo hijos y los educó. Pero en ella las ideas de dignificación, apoyo y empatía persistieron. Junto a sus alumnos del Tec de Monterrey, esta maestra creó una brigada, en la que cada viernes se busca generar un acercamiento con los visitantes/ refugiados de la Casa del Migrante en Saltillo. Esto con el fin de crear conciencia en los jóvenes de esta institución, que en su lema proclama: ‘Líderes con sentido humano’.
“Acá en México, retomé una idea que surgió en Francia, con mis alumnos de preparatoria, los cuales están en una edad en la que toman conciencia, ya no son niños y todavía no son adultos; pero sí están en un momento donde las ideas pueden mostrarles nuevos rumbos”, comentó.

 

Una Realidad

Para conocer a fondo la actividad de esta maestra, decidimos acompañarla a ella y sus alumnos a un viernes en la Casa del Migrante, ahí Pascal nos contó más sobre la labor y pudimos ver a los jóvenes interactuando con personas de su misma edad que arriesgaron sus vidas por un panorama mejor.
Ese viernes un aire helado se apoderó del panorama; con luces, cables y tripies entramos a la Casa del Migrante, ubicada justo a un lado de las vías del tren al sur de la ciudad.
Ahí, pudimos ver a los alumnos de Ausseur, charlando y jugando con los migrantes, compartiendo cada un poco de sus mundos.
La Casa del Migrante Saltillo provee de ayuda humanitaria a cientos de transmigrantes diariamente; ellos bajan de la ‘Bestia’, la mayoría sabe que en Saltillo pueden encontrar una mano amiga, un hogar transitorio para sanar sus heridas de viaje.
Aquí reciben medicinas, ropa, comida, espacio de descanso y preparación para seguir su viaje, así como apoyo psicológico.
Pero más allá de la asistencia humanitaria, también se realiza un trabajo sólido de defensa de los derechos humanos de las y los migrantes a través de la documentación de los casos de secuestro, extorsión, abusos y agresiones que sufren las personas migrantes en su paso por la República Mexicana.

Además, a partir de relatos de los propios migrantes, las áreas de documentación, jurídica y litigio estratégico de la Casa interponen las denuncias por las agresiones que sufren.
Dichos relatos son también estimulantes y reveladores, ya que durante varios viernes, han mostrado a los jóvenes alumnos de Pascal una realidad que desconocían, hechos que a muchos han indignado así como conscientizado.
“En el Tec formamos líderes con sentido humano. Es muy importante que conozcan esto porque es lo que les va a tocar aprender, a trabajar con valores, trabajo en equipo y honestidad. Aquí es donde ven realidades de personas que han sufrido y sin embargo la dignidad humana debe persistir. Estos jóvenes tienen mucha energía, pero para que no se pierda hay que canalizar, y por eso están aquí, venimos a charlar a jugar, un pretexto para platicar y conocerse”.

Esta noble mujer considera el respeto a la dignidad humana implica un compromiso para buscar y crear condiciones en que los individuos puedan desarrollar un sentido de autoestima y de seguridad.
“La verdadera dignidad proviene de la capacidad de ponerse a la altura de los desafíos inherentes a la condición humana. El desarrollo, concebido como crecimiento, progreso y realización del potencial, depende de los recursos disponibles –y no hay recurso más potente que las personas fortalecidas por la confianza en su valor como seres humanos”, comentó Pascal.

“Yo creo que es un valor fundamental el respeto y la dignidad humana,
la idea es que los muchachos se sensibilicen, para que apoyen a
jóvenes que no tienen tantas oportunidades como ellos”

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Promotor y gestor creativo. Creador. ciclista y lector.