LAS MADRES DE CHAMPAÑA

“Las grandes historias de amor empiezan con champagne”,
Honoré de Balzac.

POR: ELOÍSA  BOARDMAN

Como introducción a esta columna, hoy celebramos la historia del amor más puro de todos: el de una madre. Este artículo es una oda a esas mujeres que han hecho todo por sus hijos, pese a obstáculos e inconvenientes.

Mujeres resilientes, trabajadoras y arriesgadas, las viudas de Champaña son una referencia histórica cuando hablamos de éxito. Madres que tomaron las riendas de los negocios de sus maridos cuando estos fallecieron para sacar adelante a sus hijos, resultando en imperios que siguen vigentes al día de hoy.

El código napoleónico en Francia negaba la oportunidad a las mujeres de tener sus propios negocios, a menos de que su marido o padre lo permitieran. Al quedar viudas, encontraron un vacío legal que les permitió tomar el mando de los viñedos de la familia. Esta restricción se abolió hasta 1965, cuando le otorgaron a las mujeres derechos plenos de empleo, cuentas bancarias y manejo de bienes.

Hubo muchas viudas en la región que, con ejemplo de esfuerzo y emprendimiento, tomaron el mando del negocio familiar; pero nos centraremos en platicar de dos de ellas: Barbe Clicquot y Louise Pommery.

 

Champagne Veuve Clicquot (Viuda de Clicquot).
Champagne Veuve Clicquot (Viuda de Clicquot).

 

Barbe-Nicole Clicquot-Ponsardin quedó viuda en 1805, a la edad de 27 años. Teniendo que sacar adelante a Clementine, su pequeña hija de 3 años, tomó la decisión de continuar con el viñedo que manejaba su esposo. Pasando por muchos altibajos, creó una nueva forma de quitar lo turbio de la bebida para hacerla cristalina, una técnica que se sigue utilizando hoy en día.

Asimismo, innovó en la mercadotecnia de su marca, cambiando la etiqueta a un color amarillo y poniendo su nombre “Veuve Clicquot” (Viuda de Clicquot). Muchas marcas siguieron su ejemplo y pusieron “Veuve” en sus etiquetas, debido a su éxito en ventas. La marca llegó a la cima gracias al atrevimiento de la viuda: arriesgadamente decidió entrar al mercado ruso cuando aún había un embargo, por parte del Zar Alejandro I, a los productos franceses. Llegó al país con botellas de contrabando y rápidamente se volvió la bebida predilecta de San Petersburgo. Cuando cayó Napoleón I, un par de meses después, ella ya tenía la ventaja en el mercado en el momento en que las restricciones al comercio Francés fueron retiradas.

Champagne Veuve Clicquot (Viuda de Clicquot)
Champagne Veuve Clicquot (Viuda de Clicquot)

Cerca del fin de la vida de Clicquot, entra en escena Louise Pommery. Una mujer muy culta y educada para su época, gracias a su madre que se aferró a darle la mejor educación enviándola a estudiar a Reino Unido, algo nada común para una mujer de la burguesía francesa.

A los 39 años, Louise enviudó siendo madre de dos hijos, uno de 15 años y un recién nacido. Su visión fue apoderarse del mercado inglés, que no aceptaba la champaña ya que era muy dulce y se servía con hielo picado. Alteró la cantidad de azúcar residual para dejarla en 12 gramos, en vez de 300 la práctica común de la época, y le llamó “Brut”. Este estilo de champaña fue un éxito rotundo y actualmente es el más popular que encontramos del espumoso.

Ambas casas prevalecen al día de hoy y son referencia histórica en Reims. Grandes imperios creados por dos mujeres a quienes nada las detuvo, teniendo el amor de madre como estandarte.

Recomendación del mes: RU de Bodegas del viento.
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Eloísa Boardman

Licenciada en Derecho por el Tecnológico de Monterrey, MBA IPADE y Sommelier por parte de Le Cordon Bleu. Apasionada de la lectura, los viajes y el vino.