Paulina de la Torre, asesora certificada, nos comparte su experiencia y sus conocimientos para que más mamás vivan una lactancia exitosa, libre de mitos y dolor.
FOTOS: ALE JIMÉNEZ
@EVERYSTORY.BYALEJANDRA
Llueve en el jardín, a pesar de los rayos oblicuos del atardecer. Los nogales y los manzanos atrapan las ligeras gotas con sus ramas; debajo, una mujer y una niña sienten la naturaleza en sus pies descalzos, en la brisa de mitad del verano y el aroma a tierra húmeda. Paulina de la Torre Montero está embarazada de siete meses y su hija de dos años, Katalina Randall de la Torre, se acerca a su vientre y da un beso a su hermanita Loretto.
La maternidad no siempre es una fotografía perfecta, está llena de decisiones y dudas, de retos y satisfacciones; Paulina se centra en lo positivo y eso le ha permitido cumplir una de sus determinaciones: brindarle todos los beneficios de la leche materna a Kata y próximamente a Loretto. Ese deseo se cumplió con esfuerzo y apoyo; ahora, es ella quien busca acompañar a las mamás en este camino.
Celebramos y cerramos esta Semana Mundial de la Lactancia Materna (SMLM) 2023 con su historia y sus consejos como asesora certificada:
‘LA FÓRMULA NUNCA FUE UNA OPCIÓN’
Mientras estaba embarazada de Kata, Paulina empezó a informarse; aún así, los primeros días fueron complicados, sintió dolor e incomodidad. Decidida a no rendirse, contactó a una asesora. Con su ayuda, logró una lactancia exitosa durante dos años y vivió un destete respetuoso que tardó seis meses.
Interesada en conocer más sobre el tema, tomó una certificación con la Escuela de Educación en Lactancia (EDULACTA), ubicada en España, mientras continuaba criando a Kata, para convertirse en asesora y ser ahora ella quien acompaña a las mujeres.
Actualmente brinda asesorías personalizadas, prenatales, sobre dudas generales, para desmentir mitos, crear un banco de leche o volver al trabajo; guía en el proceso de destete respetuoso y da talleres grupales a mamás y personal médico. A la par, es creadora de contenido en redes sociales, donde fusiona la comunicación y la maternidad con el objetivo de informar, actualizar, responder preguntas y brindar apoyo.
Recuerda la primera vez que amamantó como una experiencia agradable. Sin embargo, ahora sabe que podría haber sido mejor. “Sinceramente, me gustaría cambiar muchas cosas con mi nueva bebé. Sí fue un momento bonito, pero yo sé que puedo hacerlo maravilloso”, aseguro.
‘LA LACTANCIA MATERNA, PARA MÍ, ES MÁGICA’
Paulina y yo hablamos cuando el sol ya casi terminaba de ocultarse y no había rastros de la lluvia de las cinco de la tarde. Las sombras se extendían sobre el pasto, mas no
alcanzaban su sonrisa: brillaba de emoción por compartir con los demás el tema que tanto le apasiona. Kata y su abuelita materna, Martha Montero, jugaban en el jardín con Mila, una perrita border collie que corría tras su pelota una y otra vez.
“Mi lactancia siempre estuvo llena de amor y de paciencia, porque también a veces se necesita mucha paciencia; pero fue un proceso increíble que viví con mi hija”
La lactancia, afirmó, no solo es un fenómeno nutricional, biológico o emocional: es cultural y de la humanidad. Es una experiencia en la que “no todo es color de rosa”; algunos aspectos son increíbles, pero también llega a ser demandante. No difícil, ni retadora: demandante y cansada.
“Es lo mejor que podemos brindarle a nuestros hijos desde el momento en el que nacen hasta el tiempo que queramos nosotros”, afirmó.
Brinda beneficios nutricionales, como proteínas, minerales, vitaminas, lactosa, agua y grasas, para que el bebé crezca y se enferme menos -a comparación de los niños que toman únicamente fórmula-, y crea un vínculo emocional, psicológico y afectivo con tu hijo o hija queno se alcanza con un biberón.
“Hay que lograr un buen agarre, una buena postura, dar a libre demanda, no establecer horarios, ni dejarnos llevar por mitos e informarnos para poder empezar desde el hospital. Desde el momento en que nace tu bebé es importantísimo comenzar con un buen agarre, para que no nos duela y no provoque grietas”, señaló.
Los mayores retos son la sociedad, los mitos y la falta de una red de apoyo capaz de acompañar y guiar a las mujeres. “Eso de los mitos es muy grande, es algo por lo que muchas mamás deciden abandonar”.
Creen que sus cuerpos no están preparados o no producirán suficiente, cuando solo el dos por ciento de la población mundial no puede lactar. Piensan que se debe complementar la alimentación porque la leche materna no llena; en realidad, solo se digiere más rápido. Están seguras de que combinar el trabajo y la lactancia es imposible, cuando sí es viable con las herramientas adecuadas.
Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda mínimo dos años de lactancia, Paulina te sugiere hacerlo mientras estés cómoda e interrumpir cuando ya no se disfruta, sin importar la edad. No obstante, jamás la dejes de golpe, procede con un destete respetuoso.
Igualmente, es válido decidir no amamantar. “Todas las maternidades se respetan, cada una es un mundo. Entonces, creo que así como toda maternidad tiene que respetarse, también toda lactancia”.
¿Y cómo iniciar? La experta te aconseja: 1) informarte: buscar a un profesional, una asociación o una asesora; 2) acercarte a personal médico actualizado, y 3) desmentir los mitos. Así, podrán “comenzar confiadas, empoderadas y seguras de sí mismas de que van a lograrlo”, afirmó.
‘HÁGANLO CONFIADAS’
Paulina ama ser mamá. “Es lo mejor que he vivido en mis 30 años”. Se ve en su mirada, en las risas que comparte con Katalina, en el anhelo por tener a Loretto en sus brazos. No obstante, es imposible escapar de las críticas. “Me han llegado a juzgar por romantizar mi maternidad; pero en realidad no es porque la romantice, sino que trato de ver siempre lo positivo y sacarle la vuelta a lo negativo”, aseguró.
Cada decisión se cuestiona: si amamantas o no, si das fórmula o no, si crías de una manera u otra, siempre habrá alguien ahí diciendo cómo te equivocaste. Por ello, Paulina les aconseja: “confíen en su instinto maternal, que nace cuando nuestros hijos llegan al mundo. Confíen en él, y todo lo que hagan, háganlo confiadas de sí mismas, llenas de amor y de paciencia. Lo que están haciendo es lo mejor que pueden brindarles”.
Cada madre y niño son distintos, y no se deben comparar maternidades, ni infancias, lactancias o destetes.
¿Cuál es el papel de una asesora?
Se encarga de apoyar, orientar y guiar a las madres para que vivan una lactancia exitosa, libre de mitos, sin dolor y con confianza en sí mismas. Pueden acompañar al inicio, a mitad del proceso o en el momento del destete.
Destete respetuoso
Consiste en reducir las tomas poco a poco, lo cual disminuirá la producción. Además, es un proceso emocional que requiere del apoyo de la pareja, familiares y de quienes rodean a la madre. Nunca lo hagas de golpe, pues podría tener repercusiones físicas y emocionales tanto en ti como en el bebé; sino con paciencia, amor y validando las emociones. A veces toma tres, cuatro o hasta seis meses, no desespere.
DESMINTIENDO MITOS
Debes prepararte durante el embarazo para dar pecho.
Realidad: el cuerpo ya está listo, no tienes que hacer nada extra, ni comer alimentos específicos para estimular la producción de leche.
La leche materna no llena.
Realidad: siempre va a ser suficiente y contiene todos los nutrientes necesarios, solo se digiere rápido (entre 40 a 60 minutos) a comparación de la fórmula (dos horas), por eso tu bebé pide más seguido.
No puedes amamantar si estás embarazada.
Realidad: mientras tu embarazo no sea de alto riesgo, sí es posible continuar lactando a tu hijo mayor, no le va a quitar la leche al bebé. Después del parto, puedes darle pecho a ambos.
Paulina esta en espera de Loretto.
COMO SOCIEDAD, ¿QUÉ FALTA?
• Información: sobre sus beneficios y cómo lograr que sea exitosa.
•Personal médico actualizado: aún hay médicos, clínicas y hospitales que recomiendan la fórmula desde la primera visita.
•Respetar las decisiones de las mamás: dejar de juzgar si dan o no leche materna, hasta qué edad y de qué manera (exclusiva o combinada con fórmula), cada una vive realidades distintas.
• Espacios: poder dar pecho sin tener que esconderse en el baño. Si los adultos no comen en ese lugar, tampoco deberían hacerlo los bebés.
• Frenar la sexualización de la lactancia.
