FOTOS LUIS MELÉNDEZ
“¡Es lo que amo, qué te puedo decir!”, dijo a 360 Karla Wheelock sobre su visita al Cañón de San Lorenzo el sábado 27 de febrero. La montañista dijo que vino a disfrutar del tesoro que tenemos en Saltillo, y a trabajar en la campaña para ayudar a la conservación de esta zona maravillosa.
“La verdad es que me voy feliz y llena de energía. Hicimos varios recorridos y pude ver todo el trabajo y lo que se está logrando, de la conciencia que se está generando en las personas, del respeto con el que las personas están accesando al lugar, me da mucha alegría el poder constatar todo eso. Y bueno, realmente vine a disfrutar de este paraíso en nuestra hermosa tierra”, afirmó.
Wheelock recibió una invitación por parte de Respira San Lorenzo para sumarse y concientizar a todos “los que somos parte de esta tierra, de reconocer lo que tenemos y qué es lo que debemos de cuidar”.
A la par, la saltillense cuenta con una fundación homónima que trabaja con el liderazgo ético sustentable en jóvenes, fomentando la educación ambiental y proyectos de conservación. Además de trabajar en su ciudad natal, lo hace en lugares como Chiapas, Estado de México y Baja California. Sin embargo, para ella es muy importante que no deje de cuidarse donde nació su amor por las montañas.
“La gente muchas veces me pregunta, cuando hablamos de los Himalayas o de otros continentes, por ejemplo, que de dónde me nació el amor por las montañas si yo vengo del desierto, y es ‘a ver, vámonos entendiendo, en Coahuila tenemos toda la Sierra Madre, tenemos montañas espectaculares’, y tienen que darse cuenta que aquí en estos cerros, en estas montañas, fue aquí donde nació el amor que un día me llevó a las más altas del mundo”.
Wheelock es la primera mujer latinoamericana que llegó a la cima del Everest por la ruta norte (1999), así como la primera iberoamericana en escalar las Siete Cumbres más altas del mundo (2005).
La emprendedora dijo que ve a muchos jóvenes preocupados por la conservación de la naturaleza, quienes buscan el “cómo sí”, y se han puesto manos a la obra; canalizan sus energías hacia acciones proactivas, así sea reducir el consumo de agua, hacer un manejo correcto de los residuos, el manejar sus hábitos de consumo, querer plantar un árbol o de cuidar un área. “A mí me gusta sembrar donde hay tierra fértil, donde hay acciones que se pueden aplicar”, confesó.
“Fue en estas montañas en donde nació el amor que un día me llevó a las más altas del mundo”
“Veo a esos jóvenes, hoy en día hay muchos, el año pasado por cuestión de la pandemia se tuvo que cancelar una reunión mundial de jóvenes en pro de la conservación de la naturaleza, en donde íbamos a participar con unos representantes mexicanos que están hablando de todo lo que se está haciendo por estas áreas naturales protegidas, por áreas de la biósfera; se están haciendo muchas acciones de conservación y tenemos que darlas a conocer. Los jóvenes están haciendo esto y hay adultos que, si podemos apoyar a esta juventud, pues ahí estaremos aprendiendo juntos, aprendiendo también con ellos”.
Sobre México, aseguró que el país fue punta de lanza en la Ley del Cambio Climático; con aportaciones, biólogos, científicos muy preparados con mucho conocimiento de campo y experiencia, lo que es muy valorado por otros países. “Y la realidad es que eso lo seguimos conservando y lo que hay que hacer es quizá unir fuerzas y contribuir u obtener los recursos de diferente manera a través de un compromiso más social, o empresarial… más de todos, porque al final esto es de todos y esa es la línea que está manejando la asociación Respira San Lorenzo”.
Al preguntarle cómo es su día a día, dijo que: “la verdad es que todos los días de mi vida siempre habrá una parte de estar en la naturaleza, así sea simplemente salir al jardín y ver un árbol, pero tengo que estar en contacto con la naturaleza”.
Se dedica a dar conferencias y formar proyectos como el ‘mentoring’ con niños. Trata de llenar el día de acciones que la nutren y que siente que nutren; entonces, hay también momentos de silencio.
“Cuidemos todos San Lorenzo, reconozcamos que somos bien privilegiados y que tenemos un lugar hermoso. Somos bien afortunados de tener un lugar tan maravilloso y tan lleno de fuerza como es esta fábrica de agua de Coahuila”.
El llegar a la cima, tanto de la montaña como de su vida profesional, asegura que fue algo que se dio en espiral; para ella es hacer lo que ama, y lo hizo desde niña. “Era venir a estos cerros y a los más que tenemos, que amo, y entonces me gustaba y me preparaba más, lo seguía haciendo; entonces iba a otros cerros, otras montañas y me iba gustando más. Y en ese espiral entraba también el factor compartir y que otros se enamoraran de lo que a mí me estaba nutriendo.
“Así fue como sucedió, no fue en escalón, sino en espiral; en ese círculo virtuoso, que es como lo llamo, de hacer lo que yo amo y lo que amo es estar en la naturaleza y hacer lo que me lleve de regreso ahí y poder compartirlo. Así lo pienso”.