¿QUIÉNES SON LOS VERDADERAMENTE SORDOS EN LA SOCIEDAD?; ENTREVISTA CON DANIELA ESPINOZA
¿Quiénes son los verdaderamente sordos en la sociedad? Este 10 de junio se celebra el Día Nacional de la Lengua de Señas Mexicana, reconocida oficialmente como lengua nacional y parte del patrimonio lingüístico de México.
Para Daniela Espinoza, maestra de Lengua de Señas Mexicana (LSM) y médico cirujano con especialidad en audiología, aún estamos lejos de ser una verdadera sociedad inclusiva, pues las personas con discapacidad auditiva siguen enfrentando obstáculos diarios que impiden su participación plena.
El más grande de ellos es la comunicación. Tanto a sociedad como gobierno se les ha olvidado que las personas sordas también estudian, trabajan y requieren atención médica y de salud mental.
La ignorancia, al menos en el estado, ha sido tan grande históricamente que para muchas personas sordas, la vida transcurre sin haber aprendido formalmente la lengua de señas y su mundo queda reducido a un pequeño núcleo familiar, sin oportunidades reales de socialización o integración. Por eso Daniela insiste en que todos deberíamos aprender la Lengua de Señas Mexicana.
Su historia con la LSM comenzó cuando estudiaba Educación Especial en la Escuela Normal Regional donde tuvo su primer contacto y descubrió una profunda conexión que la llevó a aprender más e interactuar con personas de la comunidad sorda.
Después, cambió de carrera para estudiar Medicina. “Yo iba a extrañar muchísimo la lengua de señas, así que me acerqué al comité estudiantil de la Facultad de Medicina para proponer abrir un taller como actividad extracurricular para los alumnos”, comentó.
Daniela encontró su vocación en la medicina y la enseñanza. FOTO: LUIS MELENDEZ
Lo que inició como un club extracurricular terminó por convertirse en algo mucho más grande cuando se animó a hacerlo para el público en general con un costo de recuperación simbólico. Aunque esperaba a pocas personas, se sorprendió cuando más de 50 llegaron a la primera clase.
“Teníamos únicamente 15 sillas y nos prestaron más. Se hicieron un poco más de 20 sillas y el resto de las personas se quedaron paradas, tomando una clase de tres horas. Ahí nos dimos cuenta que había una gran necesidad de enseñanza en la ciudad”.
En 2019 nació oficialmente Silenters, la primera academia en Saltillo dedicada a la enseñanza formal de la Lengua de Señas Mexicana. Gracias a la experiencia adquirida, Daniela ha identificado la gran necesidad de que más personas aprendan esta lengua ya que los sordos enfrentan dificultades para realizar muchas actividades que la mayoría da por sentado.
Por ejemplo, en el ámbito de la salud, durante la pandemia de Covid-19 el uso de cubrebocas dificultó la comunicación para personas sordas, por lo que Daniela apoyó como intérprete médica en videollamadas.
La Lengua de Señas Mexicana es una herramienta de inclusión. FOTO: LUIS MELENDEZ
Hasta donde sabe, es la única médica en Coahuila que ofrece consulta en lengua de señas. Además, durante su labor en clínicas de salud mental y adicciones, actuaba como intérprete entre los pacientes y el personal, aunque sabía que no siempre se podía transmitir todo lo necesario cuando había una tercera persona presente. Muchas veces, los intérpretes eran familiares, lo que impedía que los pacientes recibieran una atención adecuada.
La pandemia fue un desafío para Daniela, quien trabajaba en el Hospital General y mantuvo sus clases de lengua de señas reorganizando su tiempo. Silenters se adaptó rápido, ofreciendo clases virtuales y organizando webinars, incluso con público internacional. Fue finalista en proyectos sociales de UNICEF y la Unión Europea, destacando a nivel internacional, mismos que no hubieran existido sin la contingencia sanitaria.
En el ámbito educativo, Daniela considera que los modelos actuales aún no garantizan una verdadera equidad. En educación básica, por ejemplo, la Nueva Escuela Mexicana, aunque inclusiva en el discurso, sobrecarga a los maestros sin ofrecerles las herramientas necesarias.
Para Daniela es inviable esperar que un docente de aula regular adapte sus clases para 40 estudiantes con diversas necesidades. Por ello, analiza que la equidad implica dar a cada quien lo que necesita, lo cual requiere más maestros de educación especial, no menos.
Además, señala que en educación superior las universidades no están adaptadas para las personas con discapacidad auditiva y las clases suelen carecer de intérpretes. Daniela, recordó el caso de un estudiante que necesitó la ayuda de su mamá como intérprete en la universidad durante cinco años para poder graduarse.
Existen distintos juegos y herramientas que facilitan la enseñanza y el aprendizaje. FOTO: LUIS MELENDEZ
En el ámbito laboral, aunque en los últimos años se ha visto la voluntad de incluir a personas con discapacidades, en la mayoría no existe una capacitación en LSM. También existen ferias de empleo para personas con discapacidad pero todavía enfrentan obstáculos para acceder a puestos más altos.
“Tuvimos un joven con licenciatura que trabajaba como operario en una fábrica. Cuando le pregunté por qué, me dijo: ‘Nadie me da trabajo, aunque tengo título’”, relató.
Desde el 10 de junio de 2005, la Lengua de Señas Mexicana es reconocida como patrimonio lingüístico nacional por lo que Daniela invita a celebrarla como tal, resaltando que aprenderla no solo es un acto de inclusión, sino que también fomenta la conexión humana.
“En Silenters se han creado estas conexiones que tal vez en otras circunstancias no se hubieran dado. Por eso decimos que más que una escuela somos una comunidad”, reflexionó Daniela.
